jueves, 25 de junio de 2015

El Compromiso de Caspe, un ejemplo de madurez política

Tal día como hoy día 25 de junio de 1412, seis notarios levantan acta solemne de la decisión unánime de los compromisarios de Caspe, eligiendo rey de Aragón a Fernando “de Antequera”.

El “Compromiso de Caspe” fue un pacto de los representantes de los reinos de Aragón, Valencia y  principado de Cataluña, para elegir un nuevo rey, tras la muerte en 1410 de Martín I “el Humano” sin descendencia ni sucesor, y supuso la entronización de Fernando “de Antequera”, perteneciente a la dinastía Trastámara, en la Corona de Aragón.

Cuando victima de unas fiebres, fallece Martín “el Joven”, único hijo del rey Martín I, este último contrajo nuevo matrimonio intentando concebir un hijo que asegurara la sucesión, pero al fracasar el intento, el rey pensó en reconocer a Fadrique de Luna, descendiente ilegítimo de su hijo Martín “el Joven”, como sucesor, aunque la falta de apoyos le hizo desistir.

Intentó entonces  nombrar a Jaime II de Urgel, lo cual fue rechazado por la Generalidad aragonesa y el arzobispo de Zaragoza, iniciándose graves disturbios en esta ciudad, por lo que rey revocó el nombramiento y cuando falleció el 31 de mayo de 1410, lo hizo sin dejar sucesor.

En sus últimos momentos, parece que el rey dejo dicho que su sucesor fuera aquel que debía serlo una vez examinados los derechos de los diversos candidatos, y acto seguido, las instituciones de la Corona iniciaron un proceso que acabó en la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe.

Los poderes de la corona actuaron buscando conseguir mantener la unidad de esta y para evitar la posible guerra civil y división que podría originar la lucha entre distintas facciones nobiliarias, que apoyaban a sus respectivos candidatos.

Había seis candidatos al trono, todos ellos pertenecían a la Casa Real de Aragón y su parentesco con el rey era cercano, por lo que ninguno rompería el linaje dinástico, perfilándose como el principal, Fernando de Trastámara, que fue el que finalmente prevalecería, al contar con el apoyo del papa Benedicto XIII, -“el Papa Luna”- que medió en la crisis promulgando, en enero de 1412, una bula donde establecía que el estudio de los derechos de los candidatos, fuera realizado por compromisarios elegidos por los distintos reinos.

El 15 de febrero de 1412, se firma la Concordia de Alcañiz, estableciendo nueve compromisarios - tres por Aragón, tres por Cataluña y tres por Valencia - que representarían los intereses de la Corona y que reunidos en Caspe, deliberarían sobre los derechos de los pretendientes y decidirían quién debía ocupar el trono, siempre y cuando obtuviese un mínimo de seis votos.

No hay testimonios de la época que narren la que realmente sucedió en las sesiones, lo cual comenzaría a difundirse posteriormente, pero aunque sin duda los jueces tendrían diferencias de opinión, todos los acuerdos se hicieron por consenso, aprobando las propuestas por unanimidad.

Y así fue redactada el acta original notarial de proclamación de Fernando “de Antequera” como rey de Aragón el 25 de junio de 1412, quien el 5 de agosto entró en Zaragoza, donde juró su título de rey ante las Cortes junto a su hijo Alfonso.

El compromiso de Caspe, es un ejemplo de sentido común político, en una época tan convulsa como lo fue la Edad Media y demuestra una gran madurez respecto al concepto de estado, por parte de los reinos y territorios que integraban la Corona de Aragón.


2 comentarios:

  1. qué bien cuánta valentía de resolver las diferencias con admirable decisión para la época, y los notarios con su presencia dando solemnidad al acto.!

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  2. Pues si que es tener sentido común político.

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