domingo, 7 de junio de 2015

Radares recaudatorios




 Queridos amigos lectores del Bloc:

Ahora, acabadas las clases, entramos en el “letargo del verano” y, haciendo caso además, a algunos amigos que – por correo privado – me han dicho que esta página es “demasiado seria”, pienso incluir nuevas narraciones, aunque no con carácter diario, y sin cambiar la linea de contenido histórico de la sección.

Muchas ya vieron la luz y desaparecieron cuando, desgraciadamente, se cerró la revista digital ymalaga.com, tras la desdichada y repentina muerte de su director y entrañable amigo Paco Rengel.

Otras son inéditas o nuevas, y abarcan los más diversos temas, desde el humor, hasta la reflexión o la poesía. Espero que sean de vuestro agrado.

Un abrazo y gracias a todos, por vuestras diarias visitas y comentarios.

Empezamos con uno que, aunque publicado, sigue manteniendo su vigencia.

 Radares



Una vez más este verano, no usaré el coche para los desplazamientos duranten las vacaciones. Cuando leo las cifras de muertos en carretera, pienso en los nervios de la conducción y el cansancio al volante, suelo optar por el avión, aunque eso sea meterse en otro jardín lleno tambien de espinas...

Te cuento esto, porque la semana pasada, me visitó un amigo y me relató sus vacaciones en coche, tras las cuales le habían llegado a casa por correo dos hermosas multas, de las que no tuvo noticia hasta aquel mismo momento.

No son de repetir aquí, las tiernas frases que nuestro hombre dedicó a las autoridades de tráfico, sus gestores y a los ancestros de ambos hasta varias generaciones atrás, pero cuando se hubo ido pensé que, aunque en muchas cosas no tenía razón, no le faltaba sin embargo en otras.

En alguna ocasión ya he dicho, que mi caletre no es de primera división y, seguramente por ello, no puedo llegar a entender como, si en un control de radar se detecta a un energúmeno, a mucha más velocidad de la permitida - además de la multa- no se le impide que continué en su carrera hacia su muerte o la de los demás.

Insisto en lo de la escasa cualificación de mis entendederas, porque hace solo unos meses sostuve este argumento ante un alto responsable de la seguridad vial, y este al oírme - como si rebatiese a un niño pequeño – argumentó disculpando mi ignorancia, que eso no era posible, -“Porque tal actuación, provocaría gravísimos accidentes”...

No quise decirle, que en los controles de seguridad que por algún motivo se establecen en las autopistas más concurridas, se detiene en ellos a todo vivo viviente, sin que nada ocurra al hacerlo. Y no se lo dije, porque eso, ya lo sabía él de sobra...

Me niego a pensar que – para alguien - pueda ser menos importante el que un conductor suicida sea detenido en su demencial carrera, que la cantidad de dinero en forma de multas que – hasta que consuma todos los puntos de su carnet - puede seguir produciendo al erario público tan necesitado de efectivo.

Las autoridades catalanas, que en eso de poder detectar un euro son unos linces, han establecido, en las proximidades de la ciudad condal, lo que llaman  la “velocidad variable”,  que pueden oscilar, entre los 40  y los 120 kilometros por hora, y las mas bajas se exceden con suma facilidad,  de no tenerse muchísimo cuidado, al tratarse de carreteras bien trazadas.

Un portavoz del departamento de interior informó – antes de promulgarse la nueva ley de tráfico - que a los que sobrepasasen la velocidad en sus tramos mínimos, no les serían retirados puntos del  carne, sino “solo” se les sancionaría económicamente.

Y eso quizás - solo quizás - sea, porque alguien se dio cuenta, de que retirar puntos, era acabar con la gallina de los huevos de oro, pues el conductor que corre lo  hará siempre...Al menos, mientras tenga carné...

Conozco un pueblo cerca del cual, existe una carretera de más de un kilómetro de recta diáfana, sin pasos peatonales y viviendas solo en uno de sus lados calificada como “travesía urbana”, y limitada la velocidad a cincuenta kilómetros por hora...

Es tan maravilloso el “coto de caza”, que a veces hay hasta discrepancias, entre los agentes de tráfico locales y autonómicos, por ver quien monta "el puesto" allí.

Para dejar bien claro que la medida es disuasoria, el control se hace con agentes de paisano, coches camuflados y escondidos detrás de árboles, vallas o setos...Como debe ser.

Mi padre me contó que – antiguamente - en la serranía de Ronda, cuando te asaltaban los bandoleros, podías requerir el auxilio de los migueletes, agentes de seguridad antecedente de la Guardia Civil  que hacían, lo que podían.

Lo que no me contó, es lo que pasaba, cuando eran los propios migueletes los asaltantes. A lo mejor es que eso antes, no pasaba...
   

2 comentarios:

  1. El veranoa pasado regresadamo de Albarracin y detecte dos guardias civiles con un tripode y un radar portatil junto a la carretera para pillar en una larguisima recta a los incautos que pasaban de 90.
    Procuro respetar la velocidad por alli donde voy y no me molestan estos controles. Claro que alguna vez al año me paso y si me cazan no tengo mas remedio que pagar.

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  2. Si van de uniforme, nada hay que decir Juan.
    Los que no entiendo son que se esconden detras de vallas, de paisano, a traición...
    Eso no es prevenir
    Eso es robar...

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