miércoles, 3 de junio de 2015

Juan Fernandez Cañas. La historia de un patriota ignorado.


Tal día como hoy 3 de junio de 1810, Juan Fernández, alcalde de Otívar -Granada- tras haberse negado a prestar juramento a José Bonaparte, huye e inicia la lucha contra los invasores. 

Juan Fernández Cañas más conocido como “el alcalde de Otívar”; “tío Caridad” o "el coronel", fue un guerrillero de la Guerra de la Independencia, que con una partida ejecutó acciones, contra el ejército francés del general Sebastiani, entre los años 1810 y 1812, extendiendo sus incursiones hasta Málaga y Almería.

Las guerrillas fueron ejércitos irregulares de resistencia, sin preparación militar, comandados por una serie de personajes que la leyenda o la historia convirtió en héroes, y que suplían su falta de preparación con un  perfecto conocimiento del terreno, para emboscar al enemigo.

Cuando en mayo de 1810 llegaron los franceses a Almuñécar, convocaron a las autoridades locales para prestar juramento de fidelidad al gobierno napoleónico, pagar tributos y entregar todas las armas, pero Fernández Cañas se negó y escondió el armamento en el campo.

Pocos días después, los franceses llegaron para detenerle, enfrentándose a ellos y matando a varios, para huir luego a la sierra, donde reclutó una partida de patriotas, pero, perseguido, hubo de escapar hacia Málaga.

Con poco más de doscientos hombres, hizo huir cerca de Nerja, a todo un regimiento francés, dando poco después un golpe de mano en este pueblo, apoderándose de armas, municiones y alimentos.

Confiando en sus éxitos, mandó despachos a todas las villas alpujarreñas para reclutar guerrilleros y en solo tres meses controló el sur de la provincia de Málaga, empezando a preparar el asalto a Granada, sede del general Sebastiani, jefe de ejército de Napoleón en Andalucía.

Tras algunos intentos fallidos, el propio Sebastiani decidió encabezar un ejército contra él y su partida, resultando muy gravemente herido, permaneciendo casi dos meses, entre la vida y la muerte, escondido solo en una cueva, mientras su partida - pensando que había muerto -se dispersó.

Parcialmente recuperado de sus gravísimas heridas, de las que él mismo se curó, reunió lo que quedaba de su guerrilla, enterándose al hacerlo, que estos, tras ser engañados con falsas promesas para que se entregaran, sesenta de ellos, fueron ahorcados.

A partir de entonces algo cambió en la mentalidad de Juan y ya no habrá misericordia “ni para el francés ni para los traidores” que son ahorcados sin piedad, alcanzando sus acciones proporciones salvajes, durante dos años.

Sus enfrentamientos le llevaron de Almería a Málaga e incluso a las puertas de Granada, sede del General  francés y su Estado Mayor.

Su campaña terminó en 1812, con su salud muy quebrantada por las heridas mal curadas en la cueva, recibiendo del Gobierno de la Regencia el nombramiento de “coronel interino” y muriendo el 6 de marzo de 1815, un año después de la derrota de Napoleón.

El conde de Toreno lo citó en su “Historia del levantamiento, Guerra y Revolución de España”, y su  historia y peripecias fueron narrados en el discurso de entrada en la Real Academia de la Historia del abogado y político, Natalio Rivas Santiago, donde se encuentra información amplia sobre este  desconocido personaje, de la Guerra de la Independencia.



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