martes, 30 de junio de 2015

Los últimos españoles que lucharon en Filipinas.

Tal día como hoy 30 de junio de 1898, una patrulla de soldados españoles cae en una emboscada en Baler -Filipinas  - comenzando el Sitio de Baler, que se prolongará durante 337 días.

En 1896 la sociedad secreta filipina “Katipunan” inició un levantamiento contra los españoles pero a finales de 1897, se llegó a la aparente solución del conflicto mediante la firma de un acuerdo.

En base a él, el líder revolucionario Emilio Aguinaldo y otros, se exiliaron a Hong Kong y el gobierno español redujo el número de efectivos armados, por lo que cuando se inicio la guerra entre los Estados Unidos y España con la derrota española en Cavite, el 1 de mayo de 1898, Aguinaldo y los suyos, financiados y armados por Estados Unidos, volvieron a Filipinas y reanudaron la revolución.

Al mes siguiente, el destacamento de Baler desconociendo el inicio de la guerra, fue atacado por los revolucionarios, refugiándose en la iglesia del pueblo, que fue sitiada, mientras pocos meses después, se firmó el Tratado de París, poniendo fin a la guerra, tras ceder España la soberanía Filipina a Estados Unidos.

Desde el principio, los sitiadores intentaron lograr la rendición de los españolas informándoles del desarrollo del conflicto y tras la caída de Manila en manos americanas, las autoridades españolas mandaron cartas y enviados para conseguir su rendición, sin conseguirlo y los mismos sitiadores enviaron a dos franciscanos españoles prisioneros, para que los convencieran sin éxito, decidiendo quedarse con los sitiados el resto del asedio.

A finales de mayo del año siguiente, se envió al teniente coronel español Aguilar, con órdenes de que depusieran la resistencia y le acompañaran a Manila, pero los sitiados volvieron a desconfiar y tuvo que marcharse sin conseguir su objetivo.

No obstante, al ojear unos periódicos dejados por Aguilar, descubrieron una noticia que no podía haber sido inventada por los filipinos, lo que les convenció finalmente de que España ya no era soberana en Filipinas, careciendo de sentido seguir resistiendo, por lo que el 2 de junio de 1899, se rindieron dando fin a 337 días de sitio.

Las autoridades filipinas aceptaron condiciones muy honrosas a la rendición, permitiendo su paso, hasta Manila sin ser considerados prisioneros, emitiendo Filipinas un decreto en el que exaltaba su valor, siendo recibidos como héroes de forma apoteósica en la capital y luego repatriados a España.

El Tratado de París, de diciembre de 1898, estableció la cesión  de Filipinas a los Estados Unidos, aunque poco duró la euforia filipina, pues tras ser engañados, fueron atacados por los estadounidenses a los que creían aliados, comenzando un nuevo conflicto, contra estos, donde los filipinos fueron masacrados, mientras las últimas tropas españolas eran repatriadas.

Debido a esto, los sitiados en Baler son conocidos como “Los últimos de Filipinas” con cuyo nombre se  rodó una película española dirigida por Antonio Román y estrenada en 1945.

Su gesta recuerda la del viejo tercio español de Cartagena, que el 18 de mayo de 1643, obtuvo en su rendición en la batalla de Rocroi, un honor similar por parte de los franceses.

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