lunes, 9 de noviembre de 2020

El diá que concedieron a Einstein el Premio Nobel

 

Tal día como hoy, 9 de noviembre de 1921, Albert Einstein recibe el Premio Nobel de Física «por sus servicios a la Física Teórica, y especialmente por su descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico».

En noviembre de 1922 se anunció que el Premio Nobel de Física correspondiente al año 1921 sería otorgado a Albert Einstein por sus aportaciones a la Física Teórica, en especial por su descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico.

Tras revolucionar la física durante los primeros compases del siglo XX, parecía evidente que Einstein sería galardonado un día con el Premio Nobel. Sin embargo resulta chocante que este reconocimiento tardara tanto tiempo en llegar y que además le fuera otorgado especialmente por su descubrimiento del efecto fotoeléctrico.

Se necesitó un tiempo para digerir los nuevos conceptos que traía consigo la relatividad especial. La mayor parte de la comunidad científica se mostraba incómoda ante estas ideas y criticaba que su enfoque teórico carecía del debido respeto a las ideas de orden y de absoluto.

La primera nominación al Nobel vino por parte de Wilhelm Ostwald, quien hizo especial hincapié en el hecho de que la teoría de la relatividad tenía que ver con la física más fundamental, y no, como afirmaban sus detractores, con la mera filosofía. Sería ésta una división de opiniones que se mantendría durante los años siguientes.

Durante los diez años siguientes las nominaciones a Einstein fueron prácticamente una constante. El descubrimiento de la relatividad general en 1915 provocó que los apoyos comenzaron a ser cada vez más numerosos, aunque aún sobrevivía un grupo escéptico nada despreciable, entre quienes destacaba Hendrik Lorentz.

El espectacular anuncio a finales de 1919 de que las observaciones del eclipse confirmaban las predicciones relativistas sobre la curvatura de la luz supuso un punto de inflexión que lanzó a Einstein a la fama mundial. Hasta entonces las objeciones a la teoría de la relatividad habían sido de un corte científico. Sin embargo después de que llegaran las evidencias experimentales, los ataques adquirieron un toque personal y cultural.

En 1920 el presidente del comité, Svante Arrhenius, elaboró un informe interno explicando por qué Einstein no debía obtener el Premio Nobel y citaba la fuerte crítica que algunos físicos, en especial el antisemita Philipp Lenard, realizaban a las rarezas de la teoría de la relatividad generalizada, argumentando que no se basaba en experimentos y descubrimientos concretos. Lenard solía catalogar la relatividad como una “conjetura filosófica”,

Por si esto pareciera poco, en 1921 la situación se volvió aún más surrealista. La obsesión de la opinión pública por Einstein estaba en su clímax y existía una corriente de apoyo hacia él formada tanto por físicos teóricos como experimentales. Ante esta situación la Academia decidió dejar el galardón de 1921 desierto por el momento y aplazar la entrega al año siguiente.

En 1922 se incorporó al comité un físico teórico, Carl Oseen, quien consiguió resolver el problema. Oseen se dio cuenta de que la relatividad había quedado tan envuelta en polémica que sería mejor adoptar una estrategia distinta. Propuso entonces que se diera el Premio Nobel a Einstein por el “descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico”, una ley fundamental plenamente comprobada.

La concesión del Nobel por el efecto fotoeléctrico fue una estrategia para regatear a los críticos de la relatividad, pero además esconde una exquisita ironía. Resulta que el trabajo de Einstein sobre el efecto fotoeléctrico se basó principalmente en observaciones realizadas por Philipp Lenard, el más agresivo de sus críticos.

Esto hizo que Lenard se sintiera doblemente insultado: a pesar de su oposición se daba el Nobel a Einstein y, lo que era aún peor, se le otorgaba en un campo en el que él era pionero. Tras conocer que finalmente Einstein recibiría el premio, envió una queja oficial a la Academia calificando a Einstein como un judío ávido de publicidad cuyo planteamiento era ajeno al verdadero espíritu de la física alemana.

Albert Einstein no asistió a la ceremonia de entrega del premio el 10 de diciembre de 1922 al encontrarse de viaje en Japón. Cuando Einstein pronunció su discurso de aceptación del premio no habló del efecto fotoeléctrico, sino de la relatividad.


 

 

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