sábado, 7 de noviembre de 2020

La batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid

 

Tal día como hoy 7 de octubre de 1936 en plena Guerra Civil Española, las tropas nacionales del general Franco llegan a la Ciudad Universitaria, a las puertas de Madrid. Las Brigadas Internacionales intervendrán en defensa de la capital. La resistencia a la ocupación durará casi dos años y medio hasta su caída definitiva el 28 de marzo de 1939.

La batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid fue una confrontación bélica incluida en el comienzo de la defensa de Madrid durante la guerra civil española. Esta batalla ocurrió en el área del que era un nuevo campus de la Ciudad Universitaria en un periodo que va del 15 al 23 de noviembre de 1936 quedando prácticamente estable el frente hasta el final de la guerra.

El objetivo de las milicias republicanas era la "defensa de la capital a toda costa" y para ello era necesario detener el avance de las columnas al mando del general Varela y evitar la caída de Madrid. Por otro lado los ejércitos sublevados atacantes tenían como objetivo la "toma de la ciudad" en el periodo de tiempo menor posible. La persistencia y tenacidad de ambos contendientes en la batalla supuso un punto de inflexión en el transcurso de la Guerra Civil, en parte debido a que fue donde se detuvo el avance de las tropas de Franco por primera vez. ​

La resistencia de la ciudad de Madrid trascendió a la moral de los combatientes en otros frentes a lo largo la zona controlada por el Gobierno de la República. El desenlace final del periodo combativo, el 23 de noviembre de 1936, supuso un cambio de estrategia por parte de las fuerzas atacantes.

Entre las principales características de esta confrontación cabe destacar la entrada en combate, por primera vez durante la contienda, de diversas columnas pertenecientes a las Brigadas Internacionales, así como material militar pesado de origen soviético.

Los atacantes recibían material y combatientes de Alemania e Italia, siendo además una de las primeras veces en la historia en las que se emplea el bombardeo aéreo contra población civil.

El asalto frontal planificado por las tropas del general Varela para el día 8 de noviembre de 1936, comenzó con un avance inicial por la Casa de Campo. Este ataque frontal inicial fue muy cruento en ambos bandos, y produjo un avance de líneas muy lento que dirigía el eje de principal de esfuerzo a través de la Casa de Campo hasta la ribera del río Manzanares.

Es en esta rivera donde las tropas asaltantes vieron la necesidad de avanzar hacia los puentes que se encontraban fuertemente defendidos por las tropas milicianas. Tras varios intentos fallidos de intentar cruzar el Manzanares se logra entre el espacio de dos de ellos, el martes 15 de noviembre se inicia la batalla de la Ciudad Universitaria.

La violencia encarnizada por ocupar la ciudad y el empeño por frenar el avance se mantienen con tenacidad en ambos bandos. Las posibilidades tácticas se van agotando con gran coste de vidas mientras se desarrolla el combate entre las facultades y edificios diversos del campus. El enfrentamiento se caracterizó por la lucha dentro de los edificios, a veces habitación por habitación, piso a piso.

Tras una semana de intenso desgaste y escaso avance, el general Franco cambia la estrategia atacante: seguiría un ataque indirecto a Madrid, el de envolvimiento con una maniobra en el eje Las Rozas-Húmera a menos de dos kilómetros al noroeste del campus, todo ello dio lugar a otras batallas como la del Jarama y posteriormente la de Guadalajara

El frente del campus en forma de cuña, cuyo vértice era el Clínico, mantuvo sus líneas prácticamente inalterables durante el resto de la Guerra Civil. A pesar de todo ello, se estableció en la Ciudad Universitaria y Parque del Oeste una lucha encarnizada de minas y contraminas, toda ella con infructuosas ofensivas de infantería. Hasta que el 28 de marzo de 1939 el coronel Segismundo Casado entregó la ciudad a las tropas asaltantes.

El campus de la Ciudad Universitaria, y las áreas adyacentes de la ciudad, quedaron muy dañadas tras la contienda. Los edificios curiosamente no se estrenaron como Universidad, sino como frente de guerra. No fue hasta pasados varios años cuando fue posible recobrar la actividad docente normal en algunas de sus facultades. El estado en el que quedó el campus hizo pensar incluso en establecer un parque temático sobre los años de Guerra Civil, algo que al final se evitó. 


 

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