Tal día como hoy 5 de noviembre de 2006 el derrocado líder de Irak Sadam Husein fue condenado a morir en la horca por la masacre de 148 personas. El proceso judicial había durado alrededor de un año y en él Husein había pasado de negarse a aceptar cualquier responsabilidad a esgrimir una supuesta justificación legal en sus actos. La condena se hizo efectiva el 30 de diciembre de ese mismo año.
La masacre por la que se le juzgaba había ocurrido en 1982 cuando, durante una visita propagandística al pequeño pueblo de Duyail, Husein sufrió un fallido atentado contra su vida.
Como represalia, decidió volver al lugar de los hechos y ordenó la ejecución de 148 personas, en muchos casos sin juicio previo y siguiendo a este hecho todo tipo de torturas, violaciones y saqueos.
Aunque en su momento nadie se planteó que el dictador fuera a pagar por sus acciones, la cosa cambió en 2003 con la invasión estadounidense y su derrocamiento. El proceso judicial comenzó en 2005 y los acusados no eran otros que el propio Husein, su hermanastro y el entonces presidente del Tribunal Revolucionario.
La muerte de Husein generó reacciones opuestas. Mientras países como Francia o Reino Unido se oponían a la pena de muerte y optaban por un castigo penal, Estados Unidos y su entonces presidente, George Bush hijo, aplaudieron la muerte del dictador al que habían apoyado en los 80.
No hay comentarios:
Publicar un comentario