Tal día como hoy 23 de febrero de 1945, y durante 36 días, se produjo un enfrentamiento épico en una franja de tierra en el medio del Océano Pacífico llamada Iwo Jima.
La isla era una zona estratégica de mucho valor debido a su pista de aterrizaje, al sudeste de Tokio. Para Estados Unidos, era fundamental tomar esta isla para la consecución de los bombardeos aliados.
La campaña para tomar Iwo Jima se había calculado en 10 días, pero el enfrentamiento con los japoneses duró 36. Este fue el enfrentamiento más sangriento de la marina estadounidense.
El bombardeo de Iwo Jima comenzó el 17 de febrero de 1945: 120 aviones cargueros con napalm y artillería. Pero los japoneses resistían con fiereza. En la mañana del 19 de febrero, 16 000 marines desembarcaron en la isla para iniciar un viaje a lo desconocido.
El primer obstáculo a enfrentar fue la arena volcánica, tan ligera que los tanques no se adherían a ella lo suficiente para avanzar. Un testimonio recoge las palabras de uno de los soldados, que trataba de cavar una zanja: “Es como tratar de hacer un pozo en un barril de heno”.
En la tarde del 19 de febrero, los marines en las costas de Iwo Jima sumaban 30 000. Mientras tanto, en el extinto volcán del Monte Suribachi, les esperaban escondidos 1 200 soldados japoneses.
Tenían ventaja estratégica, puesto que los túneles y búnkeres harían de colador ante el paso de los soldados americanos. La estrategia de ataque de los japoneses no sería nueva: el uso de kamikazes o aviones bombarderos suicidas. En cambio, los soldados americanos optaron por atacar desde corta distancia.
La cara norte del Monte Suribachi fue conquistada el 23 de febrero, y los soldados americanos alzaron entonces su bandera, en una de las imágenes más icónicas de la Segunda Guerra Mundial.
Para el sexto día, los americanos ya habían conquistado la pista de aterrizaje más grande. Tratando de conquistar el resto de la isla, los americanos sufrieron una agresiva ofensiva de los japoneses.
Durante el mes siguiente, la encarinizada lucha, que incluyó artillería, granadas y lanzallamas, murieron varios miles de soldados de ambos bandos.
Finalmente, el 25 de marzo de 1945, los japoneses se rindieron. De los más de 20 000 que había en la isla, sobrevivieron unos pocos cientos. Los soldados americanos contaron 25 000 bajas.
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