domingo, 31 de agosto de 2025

La primera “Escuela Normal de Instrucción Primaria” en España

Tal día como hoy 31 de agosto de 1834, se inaugura en Madrid la primera “Escuela Normal de Instrucción Primaria”, para la formación de maestros nacionales.

Las “Normales” era centros educativos dedicados en exclusiva a formar maestros, que en nuestro país se instauraron de una manera realmente efectiva en 1858, con su remoto antecedente en época de Felipe II, el cual en 1588, exigió que en sus reinos “todos los maestros antes de ejercer fuesen previamente examinados y titulados”.

Desde que llegaron al poder los liberales en 1833, dedicaron una atención especial a la preparación del profesorado creando para ello las Escuelas Normales, institución inédita en España, que significaba una ruptura con el sistema tradicional de preparación de maestros.

El primer centro oficial con el nombre de “Escuela Normal de Instrucción Primaria” surgió por Real Decreto de 31 de agosto de 1834 estableciendo su sede en Madrid, creándose en 1838 escuelas  similares en todas las capitales de provincias.

La Ley de Instrucción Pública de 1857 o "Ley Moyano", impulsada por el gobierno moderado y elaborada durante el bienio progresista, se aprobó gracias a la iniciativa legislativa promovida por el político y docente Claudio Moyano e incluyó los estudios de maestro o maestra de primera enseñanza - separados por sexos - entre las "enseñanzas profesionales", para las que previamente era necesario haber obtenido el título de bachiller en artes.

Al principio, hubo duros ataques contra estas escuelas, pues en el ámbito de la iglesia católica surgió la frontal oposición frente a ellas, intentando que sus enseñanzas se basaran sobre todo en aspectos de la doctrina cristiana, llegando a forzar su supresión si bien más tarde volvieron a restaurarse basadas en  la libertad de enseñanza, debiendo los aspirantes superar un examen de ingreso y realizar los estudios reglados.

El tradicional abandono de los gobiernos españoles de la enseñanza primaria, la ignorancia del pueblo y el empeño de la iglesia por hacerse con el control de la educación, produjeron un retraso en cuanto a la formación del profesorado y no sería hasta 1898 cuando tuvo lugar la reforma de estas escuelas, modernizándolas y ampliando su programa de estudios.

Finalmente, en 1914 se estableció un título único de maestro, siendo preciso para su obtención realizar cuatro cursos lectivos, incorporándose francés, música y educación física y en la preparación de la mujer, estas podían elegir entre las materias optativas, las de taquigrafía y mecanografía.

La escuela constaba de director, claustro de profesores que actuaba también como Consejo de Disciplina y un Secretario para las cuestiones administrativas y a diferencia del resto, como excepción, la Escuela Normal Central de Madrid, dependía directamente del ministerio correspondiente.

Disponía la norma, que todas las Escuelas Normales contasen con una "escuela práctica agregada" donde los futuros maestros debían completar sus estudios con prácticas reales, lo cual fue en ocasiones terror de opositores, ante los “chantajes” de los niños de estas escuelas, si querían que se mostrasen atentos en su exposición.


 

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