sábado, 11 de abril de 2015

La liberación del campo de concentración de Buchenwald

Tal día como hoy, 11 de abril de 1945 durante la Segunda Guerra Mundial, soldados estadounidenses liberan el campo de concentración de Buchenwald.

Este campo de concentración, fue uno de los más grandes de Alemania y funcionó desde julio de 1937 hasta abril de 1945, cerca de la ciudad de Weimar, estimándose que estuvieron detenidas unas 250 000 personas de todos los países de Europa, calculando que entre deficiente sanidad, trabajos forzados, torturas, experimentos médicos y fusilamientos, murieron en él unas 56 000 personas, de los cuales 11 000 fueron judíos.

Sin embargo y pese a tantas víctimas, Buchenwald no era propiamente un campo de exterminio, por lo que no había en él cámaras de gas, las cuales se instalaban es estos últimos.

El campo se inauguró en 1937, con prisioneros traídos de otros campos de concentración, siendo en principio pensado solo para prisioneros, homosexuales y Testigos de Jehová, entre otros.

Luego pasó a ser un campo para para prisioneros políticos y en 1938 , tras la “Noche de los cristales rotos” en que se destruyeron todas las tiendas judías, fueron llevados también los judíos, siendo uno de los mas usados en la Alemania nazi, junto con Auschwitz, aunque éste era el más importante.

Poco antes de acabar la guerra, tenía alrededor de 100 000 prisioneros judíos, los cuales empezaron a ser enviados poco antes a las llamadas "caminatas de muerte" y cuando el 11 de abril, los estadounidenses lo descubrieron, poniendo fin al horror del mismo, habían pasado por sus instalaciones 240 000 prisioneros, estimándose de ellos más de 50 000 muertos.

Dentro del campo, se hicieron experimentos seudocientíficos, con los prisioneros como cobayas, tales como pruebas médicas con ensayo de vacunas contra varias enfermedades mortales, llegando a afirmarse que se había descubierto una “vacuna contra la homosexualidad” con trasplante de hormonas.

El primer comandante del campo, fue como todos cruel y sanguinario y su mujer, era conocida como la “perra de Buchenwald” por su crueldad y brutalidad con los presos, de los que arrancaba la piel de sus cadáveres para hacer colección de sus tatuajes, así como por su promiscuidad sexual con los guardias del campo.

Buchenwald, durante la guerra, fue utilizado sobre todo para industria de armamento, como los grandes campos de concentración de Gobierno General, pese a lo cual, muchos de los prisioneros fallecieron asesinados o murieron por el duro trabajo y a las inhumanas condiciones de vida.

Algunos prisioneros, como los soviéticos, fueron, ejecutados masivamente y entre las distintas formas de ejecución, se encontraban el fusilamiento, con disparo en la nuca, el ahorcamiento, el cual se efectuaba en el subterráneo del edificio, mientras en la parte exterior de las alambradas, se erigieron barracones aislados para prisioneros importantes, como Léon Blum o Édouard Daladier, aunque el trato casi igual al de los demás..

Entre los experimentos médicos, se citan los infectados con tifus para probar sustancias como vacunas y pruebas de tuberculosis, lo cual y debido a que los prisioneros vivían concentrados en pequeños espacios, algunas de tales enfermedades experimentales, se extendieron rápidamente y desembocaron en epidemias, no tratadas convenientemente por lo que el numero de fallecimientos era pavoroso.

Entre otras bestialidades, se usaban perros amaestrados contra los prisioneros gitanos que se negaban a ser esterilizados, resultando destrozados por estos, y los homosexuales fueron sometidos a experimentos seudocientíficos para “curar su mal”, los cuales se denunciaron en los Juicios de Núremberg.

Ojala la humanidad no vuelva nunca a conocer un horror como aquel.
 

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