Tal día como hoy 22 de julio de 1992, el narcotraficante colombiano Pablo Escobar escapó de su lujosa prisión privada, La Catedral. cerca de Medellin Hubo un tiempo en que Escobar figuraba como el séptimo hombre más rico del mundo en la revista Forbes.
La Fuerza Delta de los Estados Unidos se unió a la Policía colombiana y a un autoproclamado grupo de vigilantes en la búsqueda total de Escobar y en diciembre de 1993 fue encontrado y muerto en un tiroteo.
Pablo Emilio Escobar Gaviria fue un narcotraficante, terrorista y político colombiano, fundador y máximo líder del Cartel de Medellín. Nacido de una familia campesina, Escobar demostró habilidad para los negocios desde muy pequeño. Inició su vida delictiva a finales de los sesenta en el contrabando, y a comienzos de la década de los ochenta, se involucró en la producción y comercialización de marihuana y cocaína al exterior.
Tras formar alianzas con Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y Jorge Luis Ochoa, Escobar fundó el Cartel de Medellín, organización que en su auge, monopolizó el negocio de la cocaína desde su producción hasta su consumo, controlando más del 80% de la producción mundial de dicha droga y en total del mercado ilícito de la misma en Estados Unidos. Logrando así consolidar su imperio criminal, convirtiéndolo en el hombre más poderoso de la mafia colombiana, acumulando una inmensa fortuna, que rondó la cifra de los 30,mil millones de dólares, en efectivo consagrándolo como uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes,
Para excusar su inmensurable capital, a comienzos de los ochenta Escobar trató de pulir su imagen a través de la realización de obras de caridad para los desprotegidos y con una breve incursión en la política, ocupando un escaño como representante a la cámara en el Congreso Nacional en 1982. Sin embargo en 1983, tras diversas publicaciones del diario El Espectador y la acusación directa del ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla, pierde su escaño y es acusado públicamente por sus negocios ilegales. Tiempo después, Rodrigo Lara Bonilla en 1984 y Guillermo Cano, director del El Espectador, son asesinados por órdenes de Escobar.
Los narcos tenían ejércitos privados, negocios por todo Colombia, grandes extensiones de tierras y el control de mercados como el de las esmeraldas. Más adelante, Lara había desmantelado el laboratorio de cocaína más grande del Cartel de Medellín, Tranquilandia, y decomisaría 30 aviones del mismo grupo.
La guerra de los narcos contra el Gobierno, se tornó violenta y sádica. Tras el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla en abril de 1984, el presidente de Colombia Betancur se dispuso a aplicar el tratado de extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.
Tras sendos intentos de negociación y múltiples secuestros y asesinatos selectivos de jueces y funcionarios públicos, en 1989, el Cartel de Medellín con Escobar al mando declaró la guerra total contra el Estado. Organizó y financió una extensa red de sicarios, fieles a su mando, que asesinó a personalidades clave, como el dirigente liberal Luis Carlos Galán, y perpetró actos terroristas indiscriminados con el empleo de coches bomba en las principales ciudades del país que desestabilizaron al mismo, puso a las autoridades «de rodillas», y lo convirtió en el criminal más buscado a comienzos de los años noventa. Fue responsable del asesinato de 657 policías y de feroces enfrentamientos contra el Cartel de Cali, los paramilitares del Magdalena Medio y finalmente Los Pepes.
Después de que la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, que le dio a Colombia una nueva constitución y la prohibición de la extradición de nacionales a Estados Unidos, Escobar decidió someterse a la justicia con la condición de ser recluido en La Catedral, una ostentosa cárcel ubicada en sus terrenos. Tras demostrarse que aún seguía delinquiendo tras las rejas, el Gobierno quiso capturarlo, por lo cual Escobar se dio a la fuga, saliendo fácilmente por la parte trasera de la prisión, lo que significó uno de los episodios más vergonzosos para la autoridad penitenciaria del país.
Tras su escape, el gobierno conformó el denominado Bloque de Búsqueda para recapturarlo y tras diecisiete meses de intenso rastreo, fue tiroteado en un tejado de un exclusivo sector de Medellín donde murió a los 44 años de edad el 2 de diciembre de 1993.
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