Tal día como hoy 7 de julio de 1898, el presidente William McKinley firma una resolución conjunta que allanaría el camino para que las islas de Hawái se convirtieran en un territorio de los Estados Unidos (desde 1900) y más tarde un estado de los Estados Unidos (1959).
La mayoría de los antropólogos creen que los primeros habitantes de Hawái fueron polinesios que emigraron al noroeste de las Islas Marquesas entre los siglos IV y VII a. C.; a este asentamiento le siguió una segunda ola de migrantes que zarpó de Tahití durante el siglo IX o X. En la década de 1970, una serie de investigaciones estudiaron el uso de la canoa como medio de desplazamiento de los nativos hawaianos junto a otros métodos de navegación, concluyendo que las islas pudieron no haber estado tan aisladas como se pensaba tras su colonización inicial; de hecho, pudo haber habido viajes considerables entre Hawái y destinos polinesios remotos.
Aun así, el aislamiento de Hawái fue lo suficientemente grande como para que la cultura hawaiana desarrollara sus propias características distintivas, a pesar de que todavía hay similitudes bastante cercanas en el idioma y la cultura entre los hawaianos y sus parientes polinesios.
Los hawaianos originales eran muy hábiles en la pesca y la agricultura. A fines del siglo XVIII, su sociedad se había complejizado, con un sistema rígido de leyes establecidas por jefes y sacerdotes. Adoraban y temían a un grupo de dioses no muy diferente de las antiguas deidades griegas del Olimpo en carácter y poder.
La llegada de extranjeros invasores a Hawái comenzó a partir de la llegada del capitán británico James Cook en 1778. Durante las siguientes cuatro décadas, exploradores, aventureros, cazadores y balleneros europeos y estadounidenses se detuvieron para obtener suministros frescos en las islas hawaianas, lo que causó un profundo impacto en los isleños. Uno de estos efectos fue la introducción de enfermedades de Oriente y Occidente contra las cuales los naturales de Hawái no tenían inmunidad.
Enfermedades venéreas, el cólera, el sarampión y la tuberculosis contribuyeron a la destrucción de los pueblos nativos, cuya población se redujo de aproximadamente 300 000 a menos de 40 000 en la década de 1890, poco más de un siglo después.
El colapso de la población, junto con el impacto de las culturas externas, probablemente causó una crisis en la sociedad hawaiana y provocó un cambio social y político. En particular, los hawaianos derrocaron el complejo sistema de leyes y castigos kapu en 1819.
Se perdió la fe en los antiguos dioses en favor de una intensa curiosidad sobre las costumbres de la gente de los Estados Unidos y Europa, y se produjo un ávido interés por aprender a leer y escribir. Ello provocó que muchos hawaianos comenzasen a adoptar el cristianismo.
Desde la llegada de los primeros misioneros cristianos a mediados del siglo XIX, la composición étnica y religiosa de Hawái ha sufrido un cambio dramático. A medida que disminuía el número de nativos hawaianos, llegaron otros grupos étnicos, principalmente para trabajar en las plantaciones, desde América del Sur, América del Norte, Europa y algunas zonas del Pacífico. En el transcurso de dos siglos, personas de todo el mundo se establecieron en Hawái, creando la sociedad multiétnica que es hoy.
Los dos idiomas oficiales de Hawái son inglés y hawaiano. A principios de la década de 1990, el idioma hawaiano estaba casi extinto, hablado solo por un puñado de nativos hawaianos. Sin embargo, un programa gubernamental que estableció escuelas de inmersión en el idioma hawaiano creó una nueva generación de hablantes de hawaiano, y ahora se ofrece instrucción en hawaiano desde Educación Infantil hasta el nivel de posgrado. El idioma también vive en topónimos y nombres de calles y en canciones.
La mayoría de los residentes hawaianos
también hablan lo que se conoce como inglés criollo hawaiano.
Comúnmente conocido como pidgin, el inglés criollo hawaiano es un
dialecto del inglés creado por niños en el entorno multilingüe de
los campos de plantación hawaianos.
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