Tal día como hoy 2 de marzo de 1991, 450 albaneses huyen a Italia en un buque mercante. En las semanas siguientes, miles más siguen su ejemplo.
La tercera oleada en un año de miles de refugiados albaneses hacia Italia llegó el 09 de agosto de 1991 a puertos de este país, cuyas autoridades estaban dispuestas a frenar drásticamente el nuevo éxodo. Varias naves, procedentes de puertos albaneses, llegaron con más de 11.000 hombres y mujeres a bordo, huyendo del hambre y buscaban en Italia un destino diferente, como hicieron sus. compatriotas que participaron en los éxodos de julio de 1990 y de febrero de aquel año, y que fueron acogidos en diversos centros de toda Italia.
El Gobierno de Roma adoptó la decisión de cortar esta nueva ola migratoria, ante las serias dificultades para albergar a los más de 20.000 albaneses ya acogidos, y evitar que la permanencia de los que acaban de llegar estimule a otros compatriotas a seguirlos.
El contingente más importante llegó al puerto italiano de Bari: 10.000 personas a bordo de la motonave Vlora. Esta embarcación había sido tomada por asalto cuando estaba sin atracar en el puerto albanés de Durres, y al difundirse la especie de que el Gobierno había abierto la vía del mar. En la operación se registraron dos muertos, y la tripulación del buque fue obligada a encaminarse hacia la costa italiana de Puglia.
Tras burlar la vigilancia de las naves italianas que controlan el acceso a las costas del país, la motonave atracó en el puerto de Bari. Entre los miembros del pasaje había varios heridos, así como niños Y mujeres embarazadas. Numerosos albaneses se arrojaron al agua y ganaron la costa, o el puerto, a nado. Algunos consiguieron confundirse con los bañistas, pero la mayoría no acertó a escapar, debido al despliegue de la policía.
El buque Skanderberg tuvo menos suerte que la Vlora, al ser interceptado por buques militares italianos, cuyos mandos convencieron al comandante para que atracase fuera del puerto.
Esa misma noche, llegaba a Brindisi el remolcador albanés Ilia Plasa, con casi 300 refugiados de la misma nacionalidad. Los ocupantes de este último buque fueron trasladados al transbordador Tiépolo, que puso rumbo al puerto de Durres con casi 1.000 albaneses.
El Gobierno italiano constituyó un gabinete de crisis para afrontar la nueva emergencia albanesa y coordinar el plan de repatriación, para el que se requisarán aviones o barcos. La presencia, desde febrero, de unos 20.000 albaneses acogidos provisionalmente es el principal obstáculo para los que participan en este tercer éxodo, ya que la misma situación de los que han conseguido refugio provisional es precaria: sólo podrán permanecer aquellos que dentro de los plazos fijados por el Gobierno consigan un contrato de trabajo.
Por su parte el Gobierno de Albania aseguró que el Ministerio de Defensa controlará estrechamente los puertos del país así como todos los demás pasos fronterizos. Asimismo, las capitanías de los puertos han pasado a depender de las autoridades militares y se ha reducido el flujo de gente dispuesta a embarcarse en el sueño italiano.
Más comprensivas, esta vez, se mostraron las autoridades de Malta, que permitieron, "por razones humanitarias", el desembarco en la isla de un contingente de 600 a 800 prófugos albaneses.
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