Tal día como hoy 30 de marzo de 1135 nace el filósofo español Maimónides. Conocido también por el acrónimo Rambam, este médico, rabino y teólogo judío de al-Ándalus, es considerada la figura más prominente del judaismo durante el período medieval.
Maimónides fue un filósofo y médico cordobés del siglo XII, conocido en la literatura judaica, en la que ha ejercido una incalculable influencia, por «Rambam», acrónimo de Rabí Moisés ben Maimón. Su juventud transcurrió de ciudad en ciudad, acosado por la persecución religiosa desatada por los almohades.
Establecido en El Cairo fue médico de la corte del rey Saladino y se cuenta que también trabajó para Ricardo Corazón de León, en tierras árabes, con motivo de la tercera cruzada. Maimónides fue considerado como el filósofo judaico más importante de la era postalmúdica y su obra influyó en pensadores cristianos y árabes.
En 1148, al sufrir Córdoba la invasión de los almohades, la familia de Maimónides se vio obligada a abandonar la ciudad. La irrupción de esta dinastía beréber islámica acabó con la pacífica convivencia de los distintos credos religiosos y desencadenó una persecución contra los judíos.
A su paso por Almería conoció a Averroes. A pesar de todo, en esos años de miedos, tribulaciones e incomodidades, Maimónides traza las líneas maestras de lo que será su plan de estudios y da comienzo ya a su producción literaria, a la que consagrará su vida. En 1158 comienza la redacción de su comentario a la Misná y, a instancias de un amigo, escribe un comentario al calendario judío. Como tantos otros judíos, la familia de Maimónides se convirtió al islamismo para salvar la vida, aunque siguió profesando su propia religión en secreto.
No deja de ser chocante que la familia de Rabí Maimón y sus dos hijos, David y Moisés, y una hija se establecieran en Fez, donde corrían igualmente peligro. Es posible que el docto rabino quisiera tomar lecciones de Rabí Judá ibn Sossam o quisiera contactar con el califa Abd-el-Mumín, quien se estaba rodeando de intelectuales y había prohibido la quema de libros.
En ese tiempo los judíos disfrutaban de libertad y convivían en armonía con los cristianos; a causa de las continuas guerras, sin embargo, Palestina sufría una fuerte depresión económica. Durante los cinco meses que permanecieron en Akko, Maimónides estudió las costumbres y ritos de los judíos y la flora del país, como había hecho ya en Marruecos. Es posible que los Maimón pensaran encontrar sosiego en una Palestina regida entonces por los cristianos, pero la decadencia de las comunidades judías, la falta de hombres ilustres y la carencia de instituciones pedagógicas motivaron un nuevo traslado.
A fines de 1165 arribaron a Alejandría, una ciudad que a pesar de no ser ya la capital de Egipto era un floreciente centro de comercio internacional. A los pocos meses murió su padre. Maimónides recibió numerosas cartas de condolencia desde los países árabes occidentales y del mundo cristiano. Tenía entonces treinta y un años y por primera vez se le planteaba el problema de ganarse la vida.
En 1169 Maimónides sufrió un tremendo golpe. Su hermano pereció en un naufragio en el océano índico mientras realizaba uno de sus viajes de negocios. En la desgracia se perdió el dinero de la familia, junto con el de otras gentes que también se lo habían confiado para que lo negociara. Dejaba, además, mujer y dos hijos. Durante un año Maimónides estuvo postrado en cama. La muerte de su hermano lo hundió en la melancolía y la depresión, y resultó aquejado de una enfermedad cardíaca. Él mismo cuenta que se halló a las puertas de la muerte.
Para procurar el sustento de su familia, Maimónides practicó la medicina. Sin duda alguna habría podido recurrir al rabinato, pero le repugnaba utilizar la Torá como medio de ganarse la vida. En 1185 era ya un médico famoso y se distinguía como uno de los galenos de Al-Fadil, visir del rey Saladino. Se cuenta que también prestó sus servicios al rey Ricardo Corazón de León.
Establecida ya definitivamente su residencia en Al-Fustat, es probable que en 1171 Maimónides desempeñara el cargo honorífico de rabino. Alrededor de 1177 era ya el jefe de la comunidad judía de Al-Fustat. La primera tarea de Maimónides consistió en combatir a los caraítas, secta judaica que se consideraba más próxima a los musulmanes que a los propios judíos.
La armonización de fe y razón fue tachada de racionalista y surgieron disputas entre los partidarios de Maimónides y los judíos ortodoxos, principalmente en España y Provenza, con cuyos sabios mantenía una intensa correspondencia. Sin embargo, la obra sirvió durante muchos siglos de fundamento para el pensamiento judaico e influiría también en los pensadores musulmanes y cristianos, como es el caso de Tomás de Aquino.
Maimónides murió el 13 de diciembre de 1204. Tanto judíos como árabes le honraron con tres días de luto y se decretó un ayuno. Fue enterrado en Tiberíades, como era su deseo. Cuenta la leyenda que cuando, años más tarde, sus restos eran transportados a Palestina, la comitiva fue asaltada por unos piratas que pretendieron arrojar el féretro al mar. Al ver que ni treinta hombres lograban levantarlo, consideraron que el difunto era un santo y proporcionaron una escolta a la caravana judía. Su tumba en Tiberíades fue objeto de numerosas visitas.
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