lunes, 24 de abril de 2023

El olvidado genocidio de Armenia

 

Tal día como hoy 24 de abril de 1915 en Turquía comienza el Genocidio armenio, la primera masacre en masa del siglo XX. Mueren un millón y medio de armenios.

Para entender las causas hay que remontarse a finales del siglo XIX. El Imperio otomano, del que formaba parte Armenia, se estaba desintegrando. Tras su derrota en la guerra contra Rusia en 1878 , los turcos perdieron gran parte de sus posesiones balcánicas. Esta debilidad fue aprovechada por la discriminada comunidad armenia, para exigir reformas. 

Las reclamaciones no fueron bien recibidas por el sultán Abdul Hamid II. Temiendo una insurrección, el monarca convocó al Ejército y, entre 1894 y 1896, perpetró las conocidas como “masacres hamidianas”, una campaña de represión en la que fueron asesinados alrededor de doscientos mil armenios. 

Fue el primer aviso de lo que estaba por llegar. El segundo fue en 1909, cuando se reprodujeron estos ataques avivados por un creciente clima nacionalista e islamista entre la sociedad turca. La desastrosa entrada de los otomanos en la Primera Guerra Mundial, que se saldó con una humillante derrota ante los rusos, fue el detonante de la masacre.

El gobierno otomano, liderado por los Jóvenes Turcos, acusó a los armenios de apoyar a las tropas del zar. Como represalia, puso en marcha un plan de limpieza étnica. Primero expulsó a los soldados armenios del Ejército, confinándoles en campos de trabajo. Luego encarceló y ejecutó a los líderes políticos y culturales. Y, por último, comenzó con la aniquilación del resto de la población. 

Cientos de miles de armenios fueron obligados a abandonar sus casas en dirección a los desiertos de Siria e Irak. Les forzaron a ir a pie, sin apenas provisiones y sin ninguna protección frente a las agresiones de bandas paramilitares, población local y los propios gendarmes que los vigilaban. Aunque se le llamó “deportación temporal”, en realidad fueron extenuantes marchas en durísimas condiciones con el fin de provocar la muerte.

La persecución de los armenios recibió la atención de las potencias occidentales. Denunciaron los hechos y, una vez terminada la guerra, organizaron una campaña de ayuda a los supervivientes. Norteamérica, Francia y la Unión Soviética fueron los principales destinos de la diáspora armenia.  

También intentaron juzgar estos crímenes. Pero sin éxito. No llegaron a un acuerdo para establecer un tribunal internacional, ni consiguieron que los otomanos juzgaran convenientemente a los responsables, que habían huido, así que solo pudieron condenarles in absentia.

Ante esto, los supervivientes decidieron tomarse la justicia por su mano. En solo tres años, los principales responsables de la masacre fueron asesinados por pistoleros armenios. Más adelante, en la década de los setenta, descendientes de estos supervivientes fundaron el Ejército Secreto para la Liberación de Armenia ASALA, un grupo armado de ideología marxista cuyo objetivo era obligar al gobierno turco a reconocer el genocidio, indemnizar a las víctimas y ceder parte del territorio que históricamente pertenecía a Armenia. 

Entre 1975 y 1991, los miembros de ASALA cometieron varios atentados (dos de ellos en Madrid), en los que asesinaron a diplomáticos turcos y varios civiles. Tras el fracaso de la lucha armada, los armenios siguen luchando por el reconocimiento del genocidio a través de la vía diplomática. Alemania lo reconoció en 2016. Biden ha sido su último éxito. El Estado español elude la cuestión. 


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