lunes, 10 de abril de 2023

La tradición de la mona de Pascua

 

Tal día como hoy, lunes de Pascua y desde el siglo XV, los padrinos regalan  a sus ahijados la mona de Pascua.

La mona de pascua ha ido evolucionando a lo largo de los años. Este pastel que, tradicionalmente, regalan los padrinos y madrinas a sus ahijadas y ahijados ha ido cambiando mucho y cada vez se pueden encontrar monas de Pascua más espectaculares. Aunque todavía siguen gustando, el concepto de la mona ya no es sólo un pastel con un huevo de chocolate o unos polluelos y unas plumas encima, actualmente se pueden encontrar auténticas obras de arte que cada año deleitan a las familias catalanas.

El origen de la mona de Pascua se remonta, como mínimo, al siglo XV, y no tenía nada que ver con las monas de chocolate, nata o mantequilla que se comen hoy en día, ya que se trataba de un pastel que tenía forma de roscón y se hacía con pasta de pan. Antiguamente, en las monas se ponían huevos duros con el caparazón pintado, uno por cada año del niño que recibía el pastel.

En algunos lugares  el pastel tenía forma de muñeco con las piernas despatarradas y con el huevo en la boca o en el vientre, hecho que algunos han interpretado como la supervivencia de un antiguo culto a la fecundidad. Las monas actuales, hechas con una base de bizcocho, mantequilla y chocolate, y adornadas con plumeros, fruta confitada y huevos u otras figuras de chocolate, no se empezaron a hacer hasta el siglo XIX.

Es cierto que incluso 15 días antes del lunes de Pascua, cuando tradicionalmente se come la mona, ya podemos ver gente cargando figuras de chocolate espectaculares y pasteles. Ahora bien, la tradición marca que la entrega de este pastel se hacía el domingo de Resurrección, en principio a la salida de misa, y al día siguiente se reunía la familia para comérsela. Una vez la ahijada o el ahijado había hecho la comunión, los padrinos ya no tenían que regalar la mona.

En el siglo XV ya se comía la mona, pero no fue hasta el 1783 cuando el Diccionario de la Lengua Castellana, de la Real Academia Española, recoge por primera vez el nombre de este pastel: "Catalunya, Valencia y Murcia. La coca o roscón que se cuece al horno con huevos puestos encima para Pascua de Flores, que en otras partes de la península Ibérica llaman 'hornazo'".

Hay varias hipótesis sobre el origen del término y la tradición: algunos dicen que podría venir de la palabra 'Muníquia', que eran las celebraciones dedicadas a la diosa griega Artemisa, también se especula que el origen venga de la palabra 'Mûna', que en árabe antiguo hace referencia al arrendamiento de tierras tributado en especies con cocas, huevos y otros productos agrícolas, en esta lengua también significa 'regalo'.

Entre las especulaciones del nombre también aparece la opción de la palabra latina 'Munda', que eran las paneras que los romanos ofrecían a la diosa Ceres durante el mes de abril y que contenían dulces. Finalmente, también se contempla que el origen del pastel venga de 'Pascorals', fiestas que los pastores romanos celebraban con cocas, o de 'Beltane', una fiesta celta que se celebraba el mes de mayo y donde se consumían roscones decorados con huevos.

Esta tradición no es exclusiva de Catalunya ya que en el País Valencià y en Murcia también se come este dulce, ahora bien, en estos dos últimos lugares se mantiene el tradicional pastel de masa parecida al pan y en la mayoría de ocasiones no lleva huevo; ni duro ni de chocolate. 

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