Tal día como hoy, 1 de junio de 1252, Alfonso X "el Sabio", es proclamado rey de Castilla y León,
El 1 de junio de 1252 Alfonso X el Sabio es proclamado rey de Castilla y León a la muerte de su padre, Fernando III "el Santo"- Alfonso tiene ya treinta años y una curtida vida política y militar, cuajada en tierras andaluzas junto a su padre. Al morir éste, le quedará ya poco territorio para incrementar su fama militar.
Conquistará Jerez en 1253 y algo más tarde rendirá Cádiz, fortaleza que siempre se le había resistido al Rey Santo. Con encendido impulso guerrero, llegó a cruzar el Estrecho y extender la Reconquista por África, aunque no pasó de ganar, unas pocas plazas. Castilla vislumbraba paz en el horizonte. Vencidos los moros, salvo el tributario reino de Granada, sólo una revuelta mudéjar en Murcia, enturbió la tranquilidad de aquellos primeros años de reinado.
Por eso, la obsesión de Alfonso X se proyectará hacia Europa, donde aspirará al título de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Alfonso X era el primero de los diez nietos del último emperador, Federico II, con cuya hija Beatriz de Suabia había casado su padre. Sin embargo, la corona del Sacro Imperio, era electiva y cualquier derecho debía ser legitimado, por un consejo de siete electores.
Finalmente, subirá al trono Rodolfo de Habsburgo y Alfonso X, que había invertido en su ambición demasiado tiempo y recursos, se encontrará sin la corona alemana y con una nobleza castellana, al borde de la sublevación.
Los últimos años del reinado de Alfonso, serán de lamentables pugnas con su hijo Sancho, que en ausencia de su padre, había frenado la invasión de los benimerines y empezaba a merecer el apelativo de "El Bravo".
El proceso sucesorio será oscuro y complejo, con un Alfonso en plena decadencia, que aboga por los hijos de su primogénito Fernando, los llamados infantes de la Cerda. Pero su desafortunado proceder político, no debe oscurecer las muchas cualidades de este monarca complejo, más intelectual que político, que fomentó el arte y la cultura, como ningún otro.
Se volcó, con la Escuela de Traductores de Toledo y aportó su genio personal a la ordenación jurídica, al mundo científico, a la crónica histórica y, sobre todo, al florecimiento de la poesía, con obras tan notables como las Cantigas de Santa María. Aportaciones que sirvieron al Rey sabio, para alcanzar la cima intelectual de su tiempo.