Tal día como hoy, 25 de diciembre del año 719, las tropas musulmanas de Musa y Táriq conquistaron la ciudad de Huesca, respetando la vida de sus habitantes. Sin embargo, algunos cristianos, descontentos con el dominio musulmán, escaparon hacia los remotos valles del Pirineo..
Según la leyenda, aquellos refugiados portaban consigo, la reliquia del Santo Grial que san Lorenzo había enviado a sus familiares en Huesca, durante las persecuciones del emperador romano Valeriano.
Los cristianos que abandonaron Huesca junto al Santo Grial, encontraron refugio en los valles de Hecho y Aragón, próximos al paso de Somport. Sin embargo, ninguno de aquellos emigrados, podía pensar que su partida, fuese el origen del reino que un día, dominó el Mediterráneo.
El paso de Somport, junto al nacimiento del río Aragón, se convirtió en la ruta favorita de los musulmanes, para atacar Aquitania durante el siglo VIII. Consciente de la brecha en sus fronteras, el emperador Carlomagno, designó a un conde franco, Aureolo, para defender Somport, en el año 800.
La figura del conde Aureolo, llamado también Oriol, dio nombre a la Peña Oroel, que domina la ciudad de Jaca. Según la leyenda, Aureolo fue aclamado como caudillo de la resistencia, por montañeses y exiliados visigodos, reunidos en una montaña con antiguo significado sagrado.
Muy cerca de la Peña Oroel, se alza el monasterio de San Juan de la Peña, muy unido a la leyenda, sobre los orígenes del condado.
La crisis del Imperio Carolingio a partir del año 828, supuso el alejamiento de los condados de la Marca Hispánica, de la órbita franca. El conde Galindo I Aznárez de Aragón, incorporó a sus dominios los condados de Pallars, Ribagorza, Urgell y Cerdaña, y estableció tratados de amistad, con el Reino de Pamplona, que confirmaban el alejamiento de los francos.
En esta época, se fundan los monasterios de Siresa y San Adrián de Sásabe, donde pudo custodiarse la reliquia del Santo Grial, que había abandonado Huesca tras la invasión musulmana. La presencia del Santo Cáliz en Aragón, es parte de los orígenes del reino, y se cree que permaneció escondido en Sásabe y Siresa, hasta que fue trasladado a San Juan de la Peña, en el siglo XI.
El siglo XI, comienza con la desintegración del Califato de Córdoba y la creación de los reinos de taifas a partir del año 1009. La crisis andalusí, supuso un respiro para los condados de los Pirineos, sometidos a un hostigamiento constante, por parte de los musulmanes, y provocó un sentimiento de revancha, que se cristalizó cuando el papa Alejandro II, convocó la primera cruzada de la historia, para recuperar la ciudad de Barbastro en 1063.
Un ejército, compuesto por cruzados francos, aquitanos, provenzales y lombardos atravesó Somport y logró tomar Barbastro, con la participación de Sancho Ramírez, conde de Aragón, Pallars y Ribagorza. Después de siglos a la defensiva, las tornas habían cambiado, para los cristianos del Pirineo.
La efectividad de la cruzada y el convencimiento, de que los musulmanes se encontraban en retroceso, provocaron que Sancho Ramírez viajase a Roma en 1068, con el objetivo de lograr el beneplácito del Papa, para la creación de un nuevo reino. Rodeado por los reyes de Pamplona y el expansionismo de los condes de Barcelona, Aragón sólo podría prevalecer, bajo una corona poderosa.
El papa Alejandro I,I aceptó el vasallaje de Sancho Ramírez, y el condado de Aragón, se convirtió en feudatario de la Iglesia católica, para convertirse en reino. El futuro rey, debió pagar al Papa con 80 mancusos, una moneda acuñada con el oro de las parias cobradas por Aragón, a la taifa de Zaragoza: un enorme gasto, que sellaba la fundación del nuevo reino.
El nuevo reino de Aragón, instaurado por Sancho Ramírez, era un territorio eminentemente rural, conformado por pequeñas aldeas, castillos como el de Canfranc y monasterios como Siresa y San Juan de la Peña. Para contrarrestar la dispersión de sus pobladores, Sancho Ramírez planteó la fundación de una nueva capital, sobre las ruinas de Iacca, antigua ciudad de los jacetanos.
El nuevo burgo, tomó el nombre de Jaca, y recibió un fuero destinado a transformarla, en un importante centro mercantil. Su situación a los pies del Somport, en pleno Camino de Santiago, atrajo a numerosos pobladores provenientes de Aquitania, y la bonanza de la nueva ciudad, fue aprovechada por Sancho Ramírez, para edificar una catedral digna, del nacimiento de un nuevo reino.
El mensaje iconográfico de la catedral de Jaca, uno de los primeros edificios románicos de la península, recibe al peregrino nada más encontrarse con su famoso crismón(1). Muy pronto, las iglesias de Aragón abandonaron el rito mozárabe, para adoptar la liturgia benedictina, y las luces del Renacimiento medieva,l del año 1000 penetraron con fuerza en el nuevo reino, nacido bajo las nieves del Pirineo.
(1) El crismón es un símbolo cristiano antiguo que se forma al superponer las dos primeras letras griegas, Alfa (Α) y Omega (Ω) para simbolizar que Cristo es el principio y el fin, como se ve en monedas, estandartes y sarcófagos.


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