Tal día como hoy 4 de enero de 1920, falleció a los 77 años, el escritor canario Benito Pérez Galdós, máximo exponente del Realismo literario en España y uno de los autores más importantes del país.
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, fue educado desde muy joven en las artes, la música y la literatura. Partió a Madrid con 19 años, para cursar estudios superiores en Derecho pero no llegó a completarlos, ya que decidió seguir su vocación y comenzó a trabajar como periodista para diversos periódicos de la época como El Nacional.
Fue Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, a quien conoció durante su estancia momentos en la capital, quien le animó a que se dedicara a la escritura.
La obra de Galdós se publicó, como era común en aquel momento, a través de capítulos cortos en los periódicos. Su primera novela fue La Sombra de1870, próxima a la corriente romántica, que fue seguida ese mismo año por La fontana de oro.
En ella, cuyo argumento transcurre en el Trienio Constitucional de 1820 a 1823, Galdós establecería sus relatos históricos en los que representaría de forma fidedigna la situación social y política de España y que vería su máximo exponente en los llamados Episodios Nacionales, una serie de novelas que tratan los grandes momentos del siglo XIX español desde la batalla de Trafalgar de1805, hasta la restauración borbónica de 1873.
En las 46 obras que componen esta serie, que actúa como una cuasi crónica, podemos encontrar los principales elementos que describirían el estilo realista de Galdós y su cuidado en trasladar estos hasta los personajes anónimos que los protagonizaron, llevando el foco a gentes comunes que se veían envueltas en los sucesos históricos.
Más allá de los Episodios Nacionales, Galdós fue uno de los autores de teatro más reconocidos de su tiempo y continuó su labor novelística con obras que retrataban la sociedad tal y como era, con sus distintos estratos sociales fielmente representados, en obras como La desheredada en 1881 o su grandiosa Fortunata y Jacinta en 1887.
Políticamente activo y crítico impertérrito en sus textos, Galdós cambió la literatura de la época e inspiró a sus contemporáneos y futuras generaciones a que siguieran haciéndolo, dando lugar a un estilo de novela moderno que redefiniría el ámbito cultural de España.
Viajó por Europa como corresponsal de prensa, conociendo así corrientes literarias del momento como el realismo y el naturalismo. Su obra tiene influencias de los franceses Honoré de Balzac, Émile Zola, Gustave Flaubert y el inglés Charles Dickens, entre otros.
Aficionado a la política, se afilia al Partido Progresista de Sagasta y en 1886 es diputado por Guayama -Puerto Rico- en las Cortes. En los inicios del siglo XX ingresa en el Partido Republicano y en las legislaturas de 1907 y 1910 es diputado a Cortes por Madrid por la Conjunción Republicano Socialista; en 1914 es elegido diputado por Las Palmas.
Galdós es uno de los autores más prolíficos de su generación, tanto en novela como en teatro.
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