Tal día como hoy 7 de enero de 1943 fallecía, a la edad de 86 años, el inventor Nikola Tesla, una de las mentes más privilegiadas del siglo XX. Tesla era un enamorado de la electricidad y el magnetismo, y dedicó su vida a crear innovaciones en esos campos. Inventó la corriente alterna, la radio, las bujías y otros muchos adelantos claves para el mundo moderno. A la vez, Nikola Tesla fue un tipo extravagante de vida controvertida que no supo sacar partido a su talento.
Nikola Tesla, nació en Smiljan, actual Croacia, en 1856 y fue un físico estadounidense de origen serbio. Estudió en las universidades de Graz -Austria- y en Praga. Después de haber trabajado en varias industrias eléctricas en París y en Budapest, se trasladó a Estados Unidos en 1884, donde trabajó a las órdenes de Thomas A. Edison, entonces partidario de la corriente eléctrica continua.
Las incesantes disputas con Edison forzaron su abandono de la compañía y su asociación con George Westinghouse, quien compró las patentes de su motor y de un transformador que facilitaba la distribución de este tipo de corriente hacia los usuarios finales. Ambos ganaron la batalla de la distribución de la energía, pues el transporte de corriente alterna es más barato y sencillo que el de continua. En 1893 su sistema fue adoptado por la central hidroeléctrica situada en las cataratas del Niágara.
Tesla fundó en Nueva York un laboratorio de investigaciones electrotécnicas, donde descubrió el principio del campo magnético rotatorio y los sistemas polifásicos de corriente alterna. Creó el primer motor eléctrico de inducción de corriente alterna y otros muchos ingenios eléctricos como el llamado montaje Tesla, un transformador de radiofrecuencia en el que primario y secundario están sintonizados, de utilidad a la hora de preseleccionar la entrada de un receptor radioeléctrico.
Predijo la posibilidad de realizar comunicaciones inalámbricas con antelación a los estudios llevados a cabo por Marconi, y en su honor se denomina tesla a la unidad de medida de la intensidad del flujo magnético en el sistema internacional.
Sus invenciones y patentes se sucedieron con cierta rapidez. En 1887, y como consecuencia del descubrimiento llevado a cabo por John Hopkinson en 1880, según el cual tres corrientes alternas y desfasadas entre sí pueden ser trasladadas de manera más sencilla que una corriente alterna normal, Tesla inventó el motor de inducción de corriente trifásica.
En ese motor las tres fases actúan sobre el inducido de forma que se logra que éste gire al generarse un campo magnético rotatorio. No obstante, el rotor se movía con un cierto retraso respecto a la frecuencia de la corriente. Basándose en este invento, el sueco Ernst Danielson creó en 1902 el motor sincrónico, en el que sustituyó el material del inducido, que no era magnético, por un imán permanente o electroimán, lo que le permitió conseguir un motor que rotaba con un número de revoluciones por minuto igual a las de la frecuencia de la corriente.
Podía haber ganado millones, pero eso no estaba en la cabeza de Tesla, quien primero en Nueva York y luego en su laboratorio de Colorado Springs, en el estado de Colorado, desarrolló inventos cruciales, como el radar o la radio que algún día llevarían la información sin cables por todo el globo.
El genial científico murió el 7 de enero de 1943, solo y arruinado, en la habitación 3327 del New Yorker Hotel de Nueva York. Nunca se casó y a su funeral asistieron más de 2.000 personas, y varios premios Nobel portaron el féretro. Sus cenizas están guardadas en una urna esférica, su objeto geométrico favorito, en el Museo Nikola Tesla de Belgrado.
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