Tal día como hoy, 28 de febrero de 1465, se produce la batalla de Calaf, durante la Guerra civil catalana.
La guerra civil catalana de 1462 a 1472, fue el conflicto que se produjo en el principado de Cataluña, entre los partidarios del rey Juan II de Aragón, conde de Barcelona, y los de las instituciones catalanas rebeldes al rey, encabezadas por la Diputación del General del Principado de Cataluña y el Consejo del Principado
Pedro de Portugal, fue uno de los pretendientes al trono aragonés en el Compromiso de Caspe. Fue titulado rey de Aragón, y reconocido conde de Barcelona en 1464 por el Concejo del Principado de Cataluña, institución creada por la Diputación del General durante la guerra civil catalana contra Juan II de Aragón. Después de perder varias batallas en Lérida, Cervera e Igualada, fue gravemente derrotado en la Calaf
Tras la pérdida de la estratégica plaza de Villafranca del Panadés en agosto de 1464, Pedro de Portugal, proclamado en enero de ese año como nuevo soberano del Principado de Cataluña por las instituciones catalanas rebeldes a Juan II de Aragón, reunió en Barcelona un nutrido contingente de tropas, para hacer frente a la previsible ofensiva de las fuerzas realistas fieles a Juan II.
Estas a principios de enero de 1465, iniciaron el asedio de Cervera y cuando Pedro de Portugal tuvo noticia de que las fuerzas sitiadoras al mando del conde de Prades, iban a recibir el refuerzo de un nuevo contingente comandado por el príncipe heredero don Fernando, que entonces solo contaba con trece años de edad, salió desde Vich, donde había establecido su cuartel general, para Cervera. Su ejército acababa de ser reforzado con tropas portuguesas y borgoñonas y contaba con los jefes militares rebeldes más destacados.
A su encuentro salió el ejército realista, que también contaba con sus más importantes capitanes. El enfrentamiento en campo abierto se produjo el 28 de febrero, entre Prats del Rey y Calaf.
Las tropas realistas cobraron una ventaja inicial, que resultaría decisiva cuando las huestes comandadas por el conde de Prades y el castellán de Amposta, rompieron la vanguardia del ejército de Pedro de Portugal, formada por tropas borgoñonas. Este se vio incapaz de maniobrar al quedar rodeado y acabó siendo dispersado, por las fuerzas realistas.
La llegada de la noche fue lo que evitó que el ejército de Pedro de Portugal, fuera derrotado completamente, pero no impidió que sus principales jefes, fueran hechos prisioneros ―solo el propio Pedro de Portugal logró huir, disfrazado, al caer la noche.
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Juan II perdonó la vida a los jefes rebeldes hechos prisioneros. Jaume Vicens Vives comenta que "quizá en 1463 la suerte de estos personajes habría sido rubricada por el patíbulo. Pero en 1465 Juan II se proponía ser más cauto, prudente y magnánimo. Como en Lérida, por sentimiento o cálculo, se propuso ser rey de todos los catalanes".
Por su parte Pedro de Portugal, para compensar el desastre de Calaf, dirigió un ejército para conquistar La Bisbal, punto estratégico de las comunicaciones entre Gerona y la costa y que estaba defendido por el obispo de Gerona Joan Margarit. La plaza capituló el 7 de junio.
Este éxito que fue coreado como un triunfo extraordinario, pero que no disimulaba la gravedad de la situación. El propio príncipe se exclamaba de que tenía la gente "pobre y deshecha”.
La caída de Barcelona, en octubre de 1472, en manos de Juan II, después de un largo asedio, supuso el fin de la guerra civil catalana. La rendición de los rebeldes se plasmó en la capitulación de Pedralbes.
Juan II se mostró conciliador, lo que explica que no hubiera ni represión ni depuraciones. Ahora bien, la relación con la monarquía francesa se puso difícil, debido a que el rey galo retenía en su poder los territorios de Rosellón y la Cerdaña, que Juan II le había otorgado en 1462, en compensación por su ayuda, y que tras la paz le reclamaba.
A comienzos del año 1479 falleció Juan II, a la avanzada edad de ochenta años.
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