miércoles, 1 de julio de 2015

El saqueo y destrucción de Cádiz, por ingleses y holandeses.

Tal día como hoy 1 de julio de 1596, los ingleses, junto a los holandeses, desembarcan en Cádiz y se apoderan de la ciudad dado lo débil de sus defensas.

La flota anglo-holandesa, integrada por 157 naves y unos 12.000 hombres de infantería, así como unidades de caballería y artillería, se presentó el 29 de Junio de 1596 frente a las costas de Cádiz.

Tenía por misión apoderarse de la flota española, que cargada de riquezas, esperaban para zarpar a las Indias, con unas 40 naves de guerra, entre galeras y galeones, y otras 16 naos de transporte,  resultando la ciudad sorprendida pues contaba con tan sólo algunos centenares de soldados y una artillería escasa y mal equipada, por lo que apenas detectado el enemigo se enviaron emisarios solicitando refuerzos a los pueblos vecinos.

Al recibir la noticia, los pueblos y ciudades procuraron enviar hombres con las escasas armas que se encontraban en ellos, mientras en Cádiz se prepararon para la defensa con medios totalmente artesanales, como subir piedras a las azoteas, para arrojarlas sobre las tropas invasoras.

Sin embargo, las murallas de la ciudad estaban en mal estado de conservación y la ciudadela, tenía escasas defensas y como es tradición nacional, la falta de previsión y la desorganización de las fuerzas españolas, dieron como resultado la rápida victoria inglesa, pues el deficiente estado de la artillería, con poca munición; la escasa preparación de los soldados - mal armados y abastecidas- y la descoordinación entre autoridades españolas, motivaron muy escasa resistencia.

El uno de julio, la Flota española fondeó más adentro de la bahía, buscando aguas de menor profundidad que dificultasen el inminente ataque que no tardó en llegar y, después de varias horas de intenso y mutuo cañoneo, quedaron fuera de combate los principales galeones españoles, ante lo cual, y para evitar que la flota cayera en manos enemigas, se ordenó su incendio.
   
La tarde de ese día, ingleses y holandeses desembarcaron, apoderándose de la ciudad con relativa facilidad, siendo narrado por el escritor Fray Pedro de Abreu, testigo de los hechos:... “el desorden ha sido, después de la voluntad del Señor, la causa de la perdición de esta ciudad, porque todos eran cabezas a mandar y ninguno había que supiese como pies obedecer, y así se perdió por no tener pies ni cabeza.”

Las escasas y desordenadas fuerzas españolas, se refugiaron en la ciudadela y viendo su crítica situación, sin armas ni alimentos, sabedores de que no podían resistir, decidieron negociar y entregar la ciudad para evitar la muerte de sus habitantes, amenazados de ser pasados a cuchillo por los invasores, tras prometer pagar 120.000 ducados como rescate y la entrega de unos cuarenta nobles, en calidad de rehenes, que garantizarían el pago.

Luego de estar un par de semanas en Cádiz, el 14 de julio los ingleses saquearon e incendiaron la ciudad, la cual quedó reducida a cenizas, saliendo de la bahía rumbo a Inglaterra, llevándose consigo a los rehenes, al no haber podido satisfacer las autoridades el pago por su rescate.

Cádiz quedó devastada, pues además de iglesias y hospitales, se quemaron 290 casas de un total de 1.303 y las autoridades españolas consideraron la posibilidad de fortificarla o desmantelarla, optando finalmente por la reconstrucción de las fortificaciones. 

Los rehenes no fueron liberados hasta julio de 1603, tras la muerte de Isabel I.


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