domingo, 20 de agosto de 2017

El asesinato político de León Trosky

Tal día como hoy 20 de agosto de 1940, en México, el revolucionario León Trosky, compañero de lucha de Lenin durante la Revolución Rusa y más tarde perseguido por Stalin, recibe un golpe de piolet en la cabeza de manos del estalinista español Ramón Mercader y al día siguiente fallecerá.

León Trosky, fue uno de los organizadores de la Revolución de Octubre de 1917, que permitió a los bolcheviques tomar el poder en Rusia y durante la guerra civil desempeñó el cargo de comisario de asuntos militares.

Tuvo a su cargo la creación del Ejército Rojo, venciendo a catorce ejércitos extranjeros y a los ejércitos blancos contrarrevolucionarios durante la guerra civil rusa y fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja, aunque posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente al dictador Iósif Stalin, liderando la oposición de izquierda, lo que le ocasionó el exilio y posterior asesinato.

Tras salir de la Unión Soviética se exilió en México, convirtiéndose en el líder de un movimiento internacional de izquierda revolucionaria llamado “trotskismo” que se caracterizaba, por la idea de la “revolución permanente” a la que era totalmente opuesto el dictador soviético, que dio la orden de asesinarlo, encargando de la operación al comunista español Ramón Mercader, para llevar a cabo dicho plan.

A este fin, Ramón Mercader se trasladó a Nueva York y de allí a México, en septiembre de 1939 con un pasaporte falso y aunque la casa de Trotski estaba custodiada, lograría infiltrarse ganándose la confianza de una de las secretarias, con la que incluso tuvo un noviazgo, planeado por él, para perpetrar el magnicidio.

Conoció a Trotski a finales de mayo de 1940 y visitó a la familia en varias ocasiones, haciéndose pasar por un simpatizante y como Trotski no seguía las normas de seguridad, se permitió a Mercader - que se había ganado su confianza - penetrar en el complejo residencial sin que se lo registrase.

La tarde del asesinato, Trotski estaba en su despacho cuando Mercader solicitó verlo para mostrarle un artículo y con este pretexto subió al despacho, se acercó a él por la espalda y le clavó salvajemente en la cabeza un piolet que extrajo de un bolsillo del abrigo.

Ante el grito de Trotski, que se oyó en toda la casa, sus guardaespaldas acudieron rápidamente pero ya no pudieron hacer nada, pues aunque Trotski logró salir de la habitación y comunicar la identidad del asaltante, cayó en coma y falleció al día siguiente, 21 de agosto de 1940, en un hospital.

A a su entierro, celebrado en la capital mexicana, asistieron cerca de trescientas mil personas, mientras su asesino fue detenido y condenado a diecinueve años de prisión, hasta que fue puesto en libertad en 1960.

El dictador Stalin,  otorgó a Mercader la condecoración de “Héroe de la Unión Soviética”.

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