miércoles, 9 de agosto de 2017

La derrota cristiana en la batalla de la Morcuera

Tal día como hoy 9 de agosto del  865, cerca de Miranda de Ebro, se libra la batalla de la Morcuera, en la que el emir de Córdoba Muhammad I, vence a las tropas del rey Ordoño I de Asturias.

La batalla de la Morcuera, tuvo lugar entre  tropas cristianas y musulmanas, en el desfiladero de la Hoz de la Morcuera, muy cerca de la ciudad de Miranda de Ebro, saldándose con la derrota de los cristianos y retrasando el avance de la Reconquista.

En el año 863 el emir Muhammad I decidió detener los avances del rey Ordoño I y para ello organizó una expedición contra las tierras de Álava al mando de su hijo Abd al-Rahman.

Los musulmanes arrasaron las tierras destrozando cultivos, arrancando árboles, incendiando casas y pueblos, desmantelando fortalezas y matando o apresando a los hombres que no se habían refugiado en lugar seguro.

El rey Ordoño no les plantó batalla y les dejó actuar, pero decidió atacarles cortándoles la retirada y para ello envió su ejército al mando de su hermano, que había repoblado la región de Astorga en 854.

Los cristianos intentaron tender una emboscada  y a tal fin, se apostaron en el paso más estrecho de la Hoz de la Morcuera, que bien pudiera ser en el valle del nacimiento del río Ega o en otro de los estrechos pasos que bajan al rio Ebro desde los llanos de Álava, ya que la ubicación no esta totalmente definida.

Abd al-Rahman, encontró que los cristianos cerraban el paso, pero atacó y venció su resistencia, aparecieron entonces el resto de los tropas de Ordoño I en su ayuda, entablándose una dura batalla por ambas partes, pero la victoria quedó del lado musulmán, que provocó innumerables muertos y heridos entre los cristianos, hasta el extremo que diecinueve de los condes del ejército asturiano murieron en la batalla.

Esta derrota cristiana, supuso detener la repoblación de la Meseta Central, tarea que tendrá que proseguir Alfonso III, quién se enfrentará además a un sector de la nobleza asturiana cuya ambición de poder no había desaparecido.

Los musulmanes debieron sufrir también gran número de bajas, porque el año siguiente no se envió ninguna otra expedición contra los asturianos, aunque tras un año de descanso, se lanzaron otras tres expediciones  consecutivas.

El historiador musulmán Ibn Idari, cuenta la victoria musulmana de la siguiente manera: “La matanza duró desde la aurora del jueves 12 Rachab -9 de agosto 865 - hasta mediodía, y nuestras tropas, gracias a la ayuda divina, salieron sanas y salvas del combate. Después de comenzada la matanza, algunas bandas lograron refugiarse en lugares abruptos y en las espesuras; pero no escapa­ron tampoco a la persecución y la muerte. El foso fue destruido y llenado, de suerte que los musulmanes pudieron atravesarlo sin peligro y cómodamen­te. Alá concedió a los musulmanes un insigne favor al permitir­les obtener esta brillante e importante victoria; ¡alabado sea el Señor de los mundos! Después de la batalla se reunieron veinte mil cuatrocien­tos setenta y dos cabezas.”

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