jueves, 23 de febrero de 2023

Cuando el imperio japonés se anexionó Corea

 

Tal día como hoy 23 de febrero de 1904, Japón y Corea firman un tratado de alianza por el que Corea se convierte en protectorado del imperio nipón.

El tratado entró en vigencia ese mismo día, se publicó una semana después y estipulaba que “Su Majestad el Emperador de Corea concede completa y definitivamente toda su soberanía sobre todo el territorio coreano a Su Majestad el Emperador de Japón”, y “Su Majestad el Emperador de Japón acepta la concesión establecida y consiente la anexión de Corea al Imperio del Japón”. El tratado coreano-japonés se negoció en estricto secreto; cuando se comunicó a la población, el hecho estaba consumado y el asunto completamente cocinado, sin derecho al pataleo.

Japón instauró un régimen durísimo en cuanto a libertades y derechos, tropas japonesas y coreanas patrullaban Seúl, las críticas en los diarios fueron censuradas y la policía vigilaba, perseguía y reprimía a las organizaciones nacionalistas.

EEUU ya había aprobado la anexión en el tratado de Portsmouth en 1905, en el que se reconocía formalmente la supremacía japonesa sobre Corea; a las otras potencias, sobre todo a Gran Bretaña, lo único que les preocupaba era que la anexión pudiera poner en peligro sus derechos y, sobre todo, sus intereses financieros. Japón se había convertido en la potencia más poderosa de Asia. La población coreana, comprometida políticamente pero armada en forma precaria, sufría su impotencia con resignación mientras Japón reorganizaba el territorio coreano desde una capitanía general con sede en Seúl.

Muchos colonos japoneses estaban interesados en la adquisición de tierras agrícolas en Corea, lo que fue facilitado por una reforma agraria presentada por el Gobernador General japonés Terauchi Masatake, que resultó muy impopular en grandes segmentos de la población coreana, cuyo sistema de propiedad se dividía entre los terratenientes, los propietarios-inquilinos y los cultivadores tradicionales que no necesitaban probar jurídicamemnte su propiedad sobre la tierra que trabajaban. Terauchi cambió ese sistema, reestableciendo el derecho de propiedad basado en la prueba escrita (acciones, títulos y documentos similares), denegando la propiedad a los que no tuvieran esa documentación ,la mayoría sólo tenía acuerdos verbales llamados “derechos de cultivador”.

Mientras grandes cantidades de arroz eran enviadas a Japón, los coreanos sufrían una seria escasez de comida. El standard de vida del pueblo coreano se deterioró drásticamente; miles de agricultores coreanos se vieron obligados a trasladarse a la provincia de Manchuria, en China o al propio Japón en busca de mejores condiciones de vida.

Japón impuso una política de asimilación de los coreanos de la cultura japonesa en las escuelas coreanas obligando en muchos casos a adoptar nombres, vestimenta e idioma japonés. Sin embargo, los coreanos lograron mantener su identidad cultural. Durante este período, muchos tesoros nacionales y valiosas piezas arqueológicas fueron llevadas a Japón sin haber sido objeto de devolución hasta la fecha.

Las opresivas leyes coloniales japonesas estimularon el aumento del sentimiento nacionalista de los coreanos. El 1 de marzo de 1919, treinta y tres patriotas coreanos se reunieron en el Parque Pagoda de Seúl para proclamar la Declaración de Independencia. Esto fue conocido como el Movimiento de Independencia Samil, y fue un hito en la lucha coreana por la libertad. Se reavivó el movimiento por todo el país pidiendo el fin del colonialismo japonés, sufriendo una brutal represión por parte de las fuerzas japonesas, que mataron a 7.000 personas a lo largo de todo un año de manifestaciones.

Durante la ocupación japonesa de Corea muchos coreanos fueron víctimas de diversos crímenes por parte de los japoneses, y los campesinos coreanos que escondieran o proporcionaran refugio a la resistencia eran cruelmente castigados a veces con la ejecución inmediata o con trabajos forzados.

Durante la Segunda Guerra Mundial muchos coreanos fueron llevados para trabajar en las fábricas industriales militares de Hiroshima y Nagasaki, ciudades en las que hubo un total de 70.000 víctimas coreanas. Japón pagó a Corea del Sur 4.000 millones de yenes y construyó un centro de asistencia social y sanitaria como compensación a las víctimas.

Corea estuvo bajo el dominio japonés durante 35 años (22 de agosto de 1910 al 15 de agosto de 1945), hasta la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial. A este período se lo denominó “Período imperial japonés”.

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