domingo, 12 de febrero de 2023

El último emperador de China

 

Tal día como hoy 12 de febrero de 1912, el emperador chino Puyi, entronizado con el nombre de "Xuantong" puso fin a su reinado tras abdicar y abolir el gobierno imperial. Después, durante la República Popular China, trabajó como jardinero y posteriormente como trabajador histórico en la Conferencia Consultativa Política del Pueblo Chino.

El último emperador de China, Puyi, que comenzó su vida como soberano de uno de los imperios más longevos del mundo y terminó sus días como un ciudadano anónimo dedicado a la jardinería.

Puyi nació en 1906 en Pekín y subió al trono con el nombre de "Emperador Xuantong" en 1908, cuando apenas contaba con dos años, en una ceremonia que, como el propio Puyi describiría más tarde, "yo mismo arruiné con mis llantos". Sin embargo, tan solo tres años después, en 1911, ocurrió la Revolución de Xinhai, en la que una serie de revueltas y levantamientos del pueblo en contra de una monarquía que se había aferrado a una forma caduca de hacer política y había sido incapaz de modernizar el país, acumulando riqueza en la Ciudad Prohibida de Pekín mientras en el campo había hambrunas, obligó a Puyi, de seis años, a abdicar.

Se le permitió mantener sus privilegios y su residencia en la Ciudad Prohibida, aunque fueran solo concesiones decorativas. «En el tiempo cuando China era llamada una república y la humanidad había avanzado al siglo XX, yo seguía viviendo como un emperador, respirando el polvo del siglo XIX».

Entre 1912 y 1917 hubo diversos intentos de usar a Puyi como rehén político, ya fuera para legitimarse en el gobierno o para retenerlo mientras otro se declaraba emperador de una nueva dinastía, pero ninguno de estos intentos prosperó; tan solo sirvieron para demostrar que el poder real ahora residía en el ejército.

Mientras tanto, Puyi, un mero títere político a estas alturas, se casó con su primera esposa, Wen Xiu, a los dieciséis años; a esta la seguirían otras tres consortes, pero ninguno de estos matrimonios fue feliz y el propio Puyi reconoce que nunca les hizo mucho caso, lo que espoleó rumores sobre la posible homosexualidad del emperador. 

La vida imperial de Puyi terminó abruptamente en 1924, cuando fue expulsado de Pekín y tuvo que mudarse a Tianjin, donde, tras el Incidente de Mukden de 1931 y el comienzo del control japonés sobre Manchuria, fue instaurado como emperador títere de Manchukuo, el nuevo dominio japonés, aunque realmente era Japón quien tomaba las decisiones.

No fue hasta 1945, cuando Japón perdió la guerra y todas sus posesiones de ultramar, que Puyi por fin pudo convertirse en un ciudadano privado y retirarse a Pekín, donde trabajaría en el Jardín Botánico y como archivista en la Biblioteca Nacional, hasta morir de cáncer en 1967. 

Puyi fue el último emperador de la dinastía Qing, instaurada en 1644, y del imperio chino, en existencia desde el siglo II a. C. Su deposición fue un evento que cambió radicalmente el panorama político y cultural chino, con el surgimiento de la República de China, y Puyi fue quizás no tanto un personaje clave como un símbolo viviente de esa China tradicional que desapareció durante el siglo XX. 

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