Tal día como hoy 22 de febrero de 1975,la isla caribeña de Santa Lucía se convierte en país independiente. En una solemne ceremonia celebrada en la Plaza de la Independencia, cientos de banderas con los colores nacionales (azul, blanco, negro y amarillo), saludan con gran emoción el instante en que la enseña del nuevo Estado es izada, ante la atenta mirada de la princesa Alejandra de Kent, que representa en este acto a la reina Isabel II de Inglaterra.
Santa Lucía es por su extensión, la tercera isla del grupo de las Pequeñas Antillas y ocupa una superficie aproximada de 5.000 kilómetros cuadrados, con poco más de 110.000 habitantes, la mayoría de ellos de raza negra y origen africano. Al noreste del país se encuentra Castries, su capital situada a orillas del mar Caribe.
El origen de la isla es volcánico y cuenta con una frondosa selva tropical. La independencia conquistada hoy por este pequeño territorio, se inició en 1959 cuando logró la autonomía administrativa.
Poco a poco se fueron ampliando sus competencias hasta que en 1967 pasó a convertirse en Estado asociado de Gran Bretaña, quedando todos los asuntos internos bajo responsabilidad del Gobierno local, elegido en elecciones democráticas. Sólo la defensa y las relaciones exteriores permanecían bajo el control británico.
Los primeros pobladores indígenas llegaron provenientes de Sudamérica alrededor del s. III d. C. pero con el tiempo fueron asimilados por la tribu de los caribes. Cristóbal Colón llegó en su cuarto viaje al Caribe en 1502, concretamente el día 13 de diciembre -día de Santa Lucía, de donde recibe el nombre-.
Dada la conveniencia de su puerto en Castries, la isla fue disputada constantemente entre el siglo XVI y el XVII, cambiando de bandera al menos catorce veces entre el gobierno de Francia y el del Reino Unido, siendo este último quien tomó la isla en junio de 1803 reconociéndose su posesión definitiva en el año de 1814 con el Tratado de París (1814).
En tiempos de dominio francés nació en Santa Lucía, Juan Bautista Bideau, marino y republicano, prócer de la independencia de Venezuela, quien salvó la vida al Libertador Simón Bolívar en Ocumare de la Costa. Murió resistiendo a los realistas en la Casa Fuerte de Barcelona en 1817.
En 1967 la corona británica le otorgó la autonomía y finalmente el 22 de febrero de 1979 obtuvo la independencia.
La isla es famosa por la arena, el sol y el mar, pero hay muchas más cosas de las que se puede disfrutar durante la estancia.
Aprovecha una oferta de viajes a Santa Lucía y descubrirás una isla tropical situada en el este del Caribe que cuenta con montañas cubiertas de bosque, plantaciones de plátanos, palmeras cocoteras, playas y pueblos pesqueros. Con 43 kilómetros de longitud y 22 de ancho, es la segunda isla más grande del archipiélago de Barlovento.
Durante más de dos siglos, Santa Lucía ha sido objeto de una disputa encarnizada entre Gran Bretaña y Francia, motivo por el que su soberanía ha cambiado de manos varias veces. Hoy es un estado independiente miembro de la Commonwealth Británica.
Una de las primeras paradas para muchos visitantes es Castries, la capital de la isla. En el mercado de la plaza principal es posible degustar alimentos frescos y especias y disfrutar de la cultura local. Está abierto todos los días, salvo los domingos. Descubre la historia de la región en la Catedral de la Inmaculada Concepción, construida en el siglo XIX, y en los antiguos cuarteles de Fort Charlotte, ahora transformados en edificios gubernamentales. También puedes relajarte bajo el sol en la playa de Vigie.
Los visitantes que estén en forma y tengan ganas de aventuras pueden subir las montañas Pitons, dos picos gemelos con forma de pirámide que se elevan más de 750 metros por encima del nivel del mar. Se pueden ver desde casi cualquier punto de la isla. Si prefieres excursiones menos intensas, también puedes ir a la zona interior de Santa Lucía entre las reservas de bosques tropicales. El sendero Barre de l’Isle es uno de los más populares, una excursión de dos kilómetros apta para los más pequeños. No te olvides de llevar unos prismáticos o una cámara para contemplar la fauna ornitológica autóctona, incluido el loro de Santa Lucía, de colores vivos.
Visita también algunos de los demás atractivos naturales de la isla. La Soufrière es el único volcán del mundo al que se puede llegar en coche. La última erupción tuvo lugar hace 40.000 años y, después, el volcán se derrumbó sobre sí mismo. Existe una carretera que sube hasta el cráter y lo atraviesa entre balsas de azufre y lodo ardiente y fumarolas que expulsan vapor.
Otra parada obligatoria es la cascada Diamond, rica en recursos minerales. Abastecida mediante manantiales de agua de lluvia y azufre, el agua y las rocas cambian de color en función del contenido en minerales predominante en un momento concreto. El baño aquí no está permitido, pero es posible sumergirse en las aguas termales que hay cerca por un pequeño recargo.
El clima tropical de Santa Lucía es caluroso y húmedo, con una temperatura media de 26 °C. Los meses más calurosos son junio, julio y agosto, y los más frescos, enero y febrero.
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