Tal día como hoy 17 de octubre del 535 aC. Ciro II el Grande, rey de Persia, marcha a Babilonia, liberando a los judíos de casi, 70 años de exilio.
Ciro II el Grande, es una figura en la Biblia hebrea como el patrón y libertador de los judíos. Es mencionado 23 veces por su nombre y aludido varias veces más. Según la Biblia, Ciro el Grande, rey de Persia, era el monarca bajo el cual, la cautividad babilónica acabó.
En el primer año de su reinado, fue incitado por Dios para decretar, que el Templo en Jerusalén debía ser reconstruido y que los judíos que lo desearan, pudieran regresar a su tierra. Además, mostró interés en el proyecto de devolver, los recipientes sagrados que se habían tomado del Primer Templo y una suma considerable de dinero, para comprar materiales de construcción.
Ciro el Grande es, incondicionalmente alabado, en las fuentes hebreas. Probablemente, después de la conquista persa de Babilonia, Ciro comenzó su relación con los dirigentes judíos en el exilio, y más tarde fuera considerado, como ungido por Dios.
La Biblia hebrea declara, que Ciro emitió el decreto de liberación, de los judíos.El edicto de Ciro, para la reconstrucción del Templo en Jerusalén, marcó una gran época en la historia del pueblo judío.
En el 535 aC. permitió la salida de Babilonia de más de 40,000 hebreos con destino a Palestina. Este pueblo, buscaba regresar a lo que consideraban, su Tierra Prometida. El paso dado por Ciro, con esta liberación masiva, coincidía con su política de “llevar la paz a la humanidad”.
Ciro el Grande, respetaba las costumbres y religiones de las tierras que conquistaba, en un modelo muy exitoso, de administración centralizada y de establecimiento de un gobierno, que funcionara en beneficio y provecho de sus súbditos. La administración del imperio, a través de sátrapas y el principio vital, de formar un gobierno en la ciudad de Pasargada, fueron obras de Ciro.
Lo que a veces se denomina, el Edicto de Restauración, descrito en la Biblia como realizado por Ciro el Grande dejó un legado duradero en la religión judía. Según escribió Isaías en la Biblia hebrea, "Dios ungió a Ciro para esta tarea, incluso refiriéndose a él como un mesías y es la única figura no judía, en la Biblia, que es llamada así.
Según Esdras,- también llamado Esdras el escriba- "los enemigos de Judá y Benjamín" pidieron ayuda para construir el templo, y cuándo este se negó, contrató consejeros para frustrar al pueblo de Judá, de completar la reconstrucción durante los reinados de Ciro, Jerjes, Asuero y Artajerjes, hasta el reinado de Darío II.
El trabajo se retomó, tras las exhortaciones de los profetas, y cuando las autoridades preguntaron a los judíos, qué derecho tenían para construir un templo, se refirieron al decreto de Ciro.
Darío II, que entonces reinaba, provocó la búsqueda de este presunto decreto, y se encontró en los archivos, en la ciudad de Ecbatana, con lo que Darío reafirmó el decreto y el trabajo procedió, hasta su triunfal finalización.
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