domingo, 22 de octubre de 2023

Cuando Francisco Franco,se reunió en Lisboa, con António de Oliveira Salazar


Tal día como hoy, 22 de octubre de 1949, el dictador español Francisco Franco, realiza una visita a Portugal.

Además de una larga frontera terrestre común, los dos regímenes reflejaban numerosas afinidades políticas. Los dos dictadores, Francisco Franco y António de Oliveira Salazar, el primero militar y el segundo civil, compartían ideas reaccionarias, apego al poder, creencias ultrarreligiosas y desprecio por la libertad y los derechos de las personas.

El viaje de Franco a Portugal, en octubre de 1949 fue la primera y única visita de Estado que Franco emprendía, y la primera que Salazar recibía. Ya estaba vigente –desde 1942– el Pacto Ibérico, un acuerdo de no agresión y defensa recíproca.

Franco preparó el viaje, con mucha antelación, y antes de abandonar el palacio de El Pardo, adoptó las máximas medidas de seguridad personal y política. En Lisboa fue su hermano Nicolás, el omnipresente y “eterno” embajador, quien negoció el protocolo y los detalles.

La esposa del dictador, Carmen Polo, se adelantó en un tren especial, y Franco, hizo el viaje en coche a Vigo, donde embarcó, en el crucero Miguel de Cervantes, que le trasladó a Lisboa. El 22 de octubre, desembarcó en el estuario del Tajo. La recepción que autoridades y ciudadanos le brindaron en la plaza del Comercio fue apoteósica.

Más de diez mil personas, se habían concentrado para darle la bienvenida. El gobierno no escatimó esfuerzos, ni dejó escapar ningún detalle, para que la visita fuese un éxito. El matrimonio Franco, se alojó en el palacio de Queluz, y fue objeto, de continuos obsequios.

El programa, incluyó la asistencia a unas maniobras militares en Mafra, donde Franco pronunció un discurso. La segunda fue en Coimbra, para ser investido doctor honoris causa, a propuesta de la histórica Facultad de Derecho. Allí pronunció su segundo discurso, en el que, igual que había hecho en Mafra, se centró en su animadversión, compartida por Salazar, hacia el comunismo, causa de todos los males.

El último día, tuvo un carácter más íntimo, aunque no menos público, ni menos destacado por los medios de comunicación, de los dos lados de la frontera. La comitiva, muy aparatosa y bien protegida, por las fuerzas de seguridad lusas, se trasladó al santuario de Fátima, donde se enfatizó, que se trataba de una devolución de la visita que, meses antes, había hecho a España la imagen de aquella Virgen, como primera etapa de una peregrinación, por más de sesenta países.

Al regreso, el grupo se detuvo en Batalha, donde el patriotismo del Generalísimo quizá se vería amortiguado, ante su imponente monasterio, el recuerdo más simbólico, de la histórica victoria portuguesa, en la batalla de Aljubarrota en el siglo XIV.

La visita de Franco duró cinco días. No ha trascendido gran cosa, sobre las conversaciones entre los dictadores. Los dos dictadores eran reservados, y los periodistas que cubrieron la visita, en ambos países, no tuvieron acceso a más fuentes de información, que las oficiales. Consta que analizaron la situación mundial, que cada vez les era más hostil, y pasaron revista, a las cuestiones bilaterales.

A los dos les preocupaba, el rechazo internacional y la proliferación en ambos países de movimientos clandestinos,, que intentaban minar sus gobiernos. Portugal todavía no sentía la amenaza y los efectos de las guerras coloniales.

A Franco le inquietaba de manera especial, la presencia del conde de Barcelona en Estoril, y, aunque no fue confirmado, no sorprendería que le hubiese pedido a Salazar que le mantuviera vigilado. De hecho, en 1974, durante la Revolución de los Claveles, la revisión de los archivos de la PIDE, la policía política del régimen, reveló que el conductor de confianza, que don Juan ,había tenido durante varios años, era un agente que informaba puntualmente, de sus movimientos.

Tras aquel encuentro, ya en las décadas de los cincuenta y los sesenta, Franco y Salazar se reunieron en varias ocasiones, pero siempre en territorio español. A Portugal le había surgido el problema, de las guerras independentistas en las colonias, y sufría la ruptura de relaciones, con muchos países. La España de Franco, era uno de los escasos países, que le brindaban apoyo.

Franco murió el 20 de octubre de 1975, tras casi cuarenta años de poder absoluto,  sin haber pasado fuera del territorio español mas de una semana.


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