jueves, 18 de abril de 2024

El día que Felipe II se convirtió en heredero de los Reinos hispánicos


Tal día como hoy, el 19 de abril de 1528, el Príncipe Felipe II, era jurado heredero de los Reinos hispánicos. Territorios que heredó tras la abdicación de su padre, el Rey Carlos I de España y V de Alemania, en 1556 a excepción del Sacro Imperio Germánico, cuya Corona fue entregada a su tío, Fernando I de Habsburgo. Antes, en 1554, el emperador Carlos V le había transferido la Corona de Nápoles y el ducado de Milán.

Al subir al poder, Felipe II, pasó a ser el monarca más poderoso de su tiempo. Austero, profundamente religioso y perfectamente preparado para gobernar, así era el llamado "Rey Prudente".

Asumió como propia, la tarea de defender la fe católica, una encomiable labor que le llevó a combatir la propagación de la Reforma protestante en Europa y a combatir a los turcos, a los que derrotó, en la famosa batalla de Lepanto.

Felipe II fue capaz de extender, hasta dimensiones nunca antes vistas, los dominios del Imperio español y todo ello fue posible, gracias a su ascensión al trono portugués. Un hecho que permitió incorporar a sus dominios, tanto Portugal como sus colonias, africanas y asiáticas.

El Rey Felipe II, fue capaz de modernizar y reforzar, la administración de la monarquía hispánica. Lo hizo apartándola, de las tradiciones medievales y de las aspiraciones de dominio universal, que habían caracterizado el reinado de su padre.

Los órganos de justicia y de gobierno, sufrieron notables reformas, al tiempo que la corte se instalaba de forma definitiva en Madrid. Desarrolló una burocracia centralizada y ejerció, una supervisión directa y personal, de los asuntos de Estado aunque las cuestiones financieras le sobrepasaron.

La monarquía llegó a declararse, durante su reinado, en bancarrota hasta en tres ocasiones debido al elevado gasto militar, para combatir a los enemigos de la fe católica.

En sus últimos años de vida, el rey se alejó de los asuntos de gobierno y delegó parte de sus atribuciones, en las Juntas de nueva creación. En 1561 trasladó la capital de España a Madrid y en 1563 inició las obras de construcción del Monasterio de El Escorial, donde murió el 13 de septiembre de 1598 a los 71 años de edad.


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