viernes, 28 de febrero de 2025

Jorque Manrique: la poesía de la edad media en España

Tal día como hoy, 24 de abril de 1479, muere en combate, en Santa Maria del Campo Rus -Cuenca- el poeta Jorge Marique un notable hombre castellano, que cultivó con singular maestría, tanto las armas como las letras.

Jorge Manrique es una de las figuras más representativas de la literatura medieval española y, a pesar de su corta vida, dejó una huella imborrable en la poesía castellana del siglo XV. Su obra más famosa, "Coplas por la muerte de su padre", es un poema de profunda reflexión, sobre la fugacidad de la vida y el valor de la virtud, un tema universal, que ha resonado a lo largo de los siglos.

Nacido alrededor de 1440 en Paredes de Nava- Palencia-, Jorge Manrique era miembro de una de las familias más influyentes de su tiempo. Su padre, Rodrigo Manrique, era un notable militar y conde de Paredes, y la familia contaba con una larga tradición de servicio a la corona y participación en asuntos políticos. 

Desde joven, Jorge Manrique recibió una educación propia de la nobleza castellana, lo que incluía el aprendizaje de las artes, las letras y, por supuesto, el manejo de las armas.

Manrique, asumió desde temprana edad el rol de caballero, una figura que representaba los ideales de la nobleza en la Edad Media en España. La vida de Jorge Manrique, estuvo marcada tanto por su dedicación a la carrera militar como por su interés en la poesía. 

Participó en numerosas contiendas, defendiendo los intereses de su familia y del bando de Isabel la Católica, en su disputa por el trono de Castilla. Su vida como soldado y su sentido de lealtad hacia la corona, lo llevaron a participar en la guerra civil castellana, donde encontró la muerte en 1479, a los 39 años, en la batalla de Castillo de Garcimuñoz, en Cuenca.

A pesar de su carrera militar, Jorge Manrique es conocido principalmente por su obra poética. Coplas por la muerte de su padre, escrita en 1476 en honor a su padre fallecido, es un poema elegíaco, en el que Manrique expresa su dolor por la pérdida de su padre y reflexiona sobre la transitoriedad de la vida. En este poema, el autor utiliza un tono solemne y reflexivo, para abordar cuestiones universales como el destino, la muerte y el verdadero valor, de la existencia humana.

Las Coplas están escritas en coplas de pie quebrado, una métrica característica que alterna versos octosílabos y tetrasílabos, lo que da al poema un ritmo musical y grave que potencia su mensaje. Esta métrica, era popular en la poesía medieval, y Manrique la utilizó con gran maestría, para crear un texto que combina belleza formal y profundidad emocional.

Uno de los aspectos más destacados de las Coplas, es su mensaje sobre el valor de la vida virtuosa frente a la riqueza y el poder. Manrique reflexiona sobre cómo las posesiones y los logros mundanos son efímeros, y no tienen valor frente a la muerte, y sugiere que lo único perdurable es el honor y la virtud. 

Esta visión, profundamente influenciada por la mentalidad medieval y la tradición cristiana, le da al poema un tono de serenidad y aceptación frente al destino que ha sido admirado a lo largo de los siglos. Un estilo que perduró en la poesía española

Jorge Manrique no dejó una producción literaria extensa, pero su impacto en la literatura medieval española es innegable. Su obra fue reconocida y admirada por autores del Siglo de Oro, como Garcilaso de la Vega, Lope de Vega y Quevedo, quienes vieron en él a un referente de la poesía moral. A través de sus Coplas, Manrique sentó las bases de una tradición poética, que continuaría explorando los temas de la vida, la muerte y el destino.

El estilo de Jorge Manrique se caracteriza por su sencillez y claridad, cualidades que le permiten expresar sentimientos profundos y complejos de una manera accesible. La estructura de las Coplas, junto con su lenguaje directo y la honestidad de sus palabras, lo convierten en un poeta que conecta de manera inmediata, con el lector, transmitiendo un mensaje atemporal sobre la condición humana. 

"Recuerde el alma dormida, / avive el seso y despierte contemplando / cómo se pasa la vida,/ cómo se viene la muerte/ tan callando,/ cuán presto se va el placer,/cómo, después de acordado,/ da dolor;/ cómo, a nuestro parecer,/ cualquiera tiempo pasado / fue mejor".

Jorge Manrique es un poeta que destaca sobre todo por la gran habilidad que tenía para usar metáforas y el lenguaje creando algunas de las composiciones más bellas.

Su metáfora más famosa consiste en comparar nuestras vidas con ríos que van al mar, que es la muerte. Con ello no solo dice que todo pasa y que tiene un fin en nuestra vida, sino que al mismo tiempo el mar con el que se junta es más grande que cada uno de los ríos.

Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/  Que es el morir:/ allí van los señoríos,/  derechos a se acabar/  y consumir;/  allí los ríos caudales,/  allí los otros medianos/  y más chicos;/  y llegados, son iguales/  los que viven por sus manos/  y los ricos.

Jorge Manrique representa el prototipo del caballero medieval: noble, leal y valiente. Su vida, dividida entre la espada y la pluma, es un reflejo de los ideales de la nobleza castellana, que valoraba la honra, el servicio y la lealtad como virtudes fundamentales. Aunque la mayor parte de su vida estuvo dedicada a la guerra y a la política, fue en la poesía donde dejó su legado más duradero.

En el contexto de su tiempo, la vida de Manrique fue una vida de entrega a la familia y a la nobleza, un ideal que expresó en sus poemas y especialmente en las Coplas, donde rinde homenaje a su padre y exalta los valores de la caballerosidad. 

Su reflexión sobre la vida y la muerte, el honor y el destino, hacen de su obra una fuente de inspiración y un recordatorio de los valores que marcaron la sociedad medieval española.

Jorge Manrique es, sin duda, uno de los grandes poetas de la literatura medieval española. A través de las Coplas por la muerte de su padre, dejó una obra que ha perdurado en el tiempo y sigue siendo un referente de la poesía moral en español. 

Su vida como noble y soldado, su dedicación a la poesía y su habilidad para reflexionar sobre temas universales hacen de él una figura fascinante en la historia de la literatura.

Hoy en día, su obra sigue siendo leída, admirada y estudiada, y su mensaje sobre la fugacidad de la vida y el valor de la virtud, continúa resonando con fuerza en la poesía española.

El poeta y guerrero, moría antes de cumplir los cuarenta años. Su obra permanece como uno de los monumentos de la literatura española.


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