Tal día como hoy, 1 de octubre de 1931, el Gobierno provisional de la Segunda República, concedía por primera vez en la historia de España, el derecho al voto femenino.
El voto femenino se aprobó en España, durante la Segunda República. Fue un hito importante que se concretó con la Constitución de 1931, específicamente en su artículo 36.
Este artículo establecía que "los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales". Si bien la Constitución fue aprobada en 1931, las mujeres pudieron votar por primera vez, en las elecciones de 1933.
La cuestión del voto femenino, se planteó en las Cortes republicanas en 1931, gracias a la incansable lucha de Clara Campoamor, una de las tres mujeres con asiento en las Cortes, por conseguir que las mujeres, pudieran disfrutar de este derecho.
El camino hacia el sufragio femenino, no fue fácil y estuvo marcado por intensos debates, especialmente en el Congreso. Clara Campoamor, destacada diputada, fue una ferviente defensora, del derecho al voto de las mujeres.
Su lucha, junto con la de otras mujeres y movimientos feministas, allanó el camino para la aprobación del artículo 36. Aunque hubo voces contrarias, como la de Victoria Kent, finalmente se impuso la visión, de que el sufragio debía ser universal e igualitario, para hombres y mujeres.
Muchos fueron los detractores, a los que Clara Campoamor, tuvo que hacer frente en las Cortes, incluso contó con la oposición de las otras dos mujeres, que formaban parte de la Cámara, Victoria Kent y Margarita Nelken.
El motivo: que el voto de las mujeres, menos formadas y más influenciables por poderes tradicionales, como la Iglesia no solo restaría poder a los partidos de izquierdas, en beneficio de la derecha, sino que podría poner en peligro, el conjunto del sistema republicano.
El 1 de octubre de 1831, el Congreso de la Segunda República, decidió finalmente, legalizar de forma oficial el voto femenino, tras una ajustada votación, que salió adelante, por una diferencia de apenas 30 votos.
La enmienda salió adelante, pero las mujeres no pudieron ejercer el derecho a voto en España, hasta las elecciones de 1933, comicios en los que la derecha, encabezada por la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), se llevó la victoria.
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