domingo, 28 de mayo de 2017

“La Jacquerie” la primera revolución francesa

Tal día como hoy 28 de mayo de 1358 Guillaume de Cale, campesino del norte de Francia, se alza en una revuelta violenta - “La Jacquerie” - para protestar contra una nobleza que ha incrementado los tributos, revuelta que tuvo lugar durante la Guerra de los Cien Años.

Tres años antes, en 1355, el rey de Francia había convocado los Estados Generales para intentar aplacar la grave crisis económica que asolaba el país y financiar un ejército frente a las amenazas militares de el "Príncipe Negro", pretendiente al trono de Francia.

El país llevaba años asolado por las guerras contra Inglaterra y Navarra, mientras tropas inglesas y las “Compañías Libres” recorrían los campos saqueando pueblos, destruyendo cosechas y bloqueando el comercio, mientras la nobleza estaba desacreditada por su incapacidad en garantizar la seguridad en sus tierras.

En este contexto se produjo la Jacquerie, mientras el Delfín - heredero de la corona francesa - tenía que hacer frente a varios levantamientos populares espontáneos, y a la posibilidad de una nueva invasión inglesa, por lo cual decidió convocar a la nobleza para aprobar nuevas medidas fiscales,  pero la nobleza se negaba a entrar en el París sublevado, por lo que se reunieron en Compiègne.

La nobleza, votó en Compiègne un nuevo impuesto para financiar la defensa del país, forzando al campesinado a pagar impuestos crecientes y reparar sin compensación sus propiedades dañadas por la guerra, todo lo cual dio lugar a  una serie de rebeliones sangrientas en varias regiones del norte de Francia, a finales de mayo de 1358.

Al parecer, los campesinos no tenían ninguna organización y las crónicas favorables a la nobleza, los representan como “matones descerebrados aficionados a la destrucción”, asaltando las casas y castillos de la nobleza y asesinando a las familias.

Unos 5.000 hombres, se habían reagrupado detrás de Guillaume Cale  y después de unas primeras victorias, el 9 de junio intentaron tomar la fortaleza de Meaux donde se alojaba el Delfín, pero fueron masacrados por la caballería

Carlos II de Navarra, requerido por los nobles franceses, tomó entonces las riendas de la represión y formó un ejército de mercenarios, mientras  el ejército rebelde, bajo el mando de Cale, esperó la llegada de Carlos II.

El 10 de junio, Carlos de Navarra le ofreció discutir los términos del tratado en su campamento, lo cual aceptó y del que nunca salió, pues Cale fue arrastrado encadenado y después de una tortura brutal, decapitado en la plaza del pueblo, junto con los restos de su ejército, mientras la revuelta será reprimida con dureza despiadada y miles de campesinos, muchos de ellos inocentes,  serán exterminados por los nobles y mercenarios como venganza.

El recuerdo de la "Jacquerie" marcó profundamente la sociedad francesa, y  pasó a denominar a las revueltas de campesinos de Francia.  En el siglo XIX, el escritor Eugène Sue en su novela histórica “Los misterios del pueblo”, simbolizó en Guillaume Cale, al hombre humilde en su lucha por conseguir libertades sociales y políticas.

1 comentario:

  1. Una breve crónica muy interesante y de gran ilustración y enseñanza. Felicidades por este esfuerzo... Saludos

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