jueves, 7 de diciembre de 2017

El asesinato del político y filósofo Cicerón

Tal día como hoy 7 de diciembre del 43 a. C. en Roma es asesinado Marco Tulio Cicerón, un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano, considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas del latín en la República romana.

Está reconocido como uno de los más importantes autores de la historia romana, llevó a cabo la introducción de las más célebres escuelas filosóficas helenas en la república romana así como la creación de un vocabulario filosófico en latín.

Cicerón centró su atención en su carrera política y hoy es recordado por sus escritos humanistas, filosófico y político. Como político, fue uno de los máximos defensores del sistema republicano y combatió la dictadura de Julio César, aunque no obstante, no dudó en cambiar de postura dependiendo del clima político.

El 15 de marzo del año 43 A. C. acaeció el asesinato de Julio César, en el que no intervendría Cicerón; aunque era conocida su oposición al dictador, los asesinos decidieron no contar con él a causa de su conocida cautela.

Muerto César, estalló una gran crisis política en la que Cicerón lideró un Senado que propuso amnistiar a los conspiradores para disminuir la tensión, hasta que Marco Antonio, cónsul y responsable del testamento del dictador, tomó de nuevo el poder.

En abril, cuando el heredero de César —Octavio Augusto— retornó a Italia, Cicerón intentó usarle contra Marco Antonio y publicó varios discursos en los que atacaba violentamente a este; las Filípicas.

No obstante, la situación política no era la misma y sus Filípicas no tendrían el mismo resultado que sus Catilinarias. El Senado, diezmado por las luchas civiles y formado por numerosos partidarios de Marco Antonio, rechazó declarar enemigo público a este.

Un año después Octavio y Marco Antonio se reconciliaron en Módena y constituyeron un nuevo triunvirato con Lépido.

Los triunviros no tardaron en acabar con sus adversarios. Octavio permitió que Marco Antonio proscribiera a Cicerón y el 7 de diciembre de 43 a. C. el cónsul ordenó su asesinato, así como que su cabeza y sus manos se expusieran en los rostra del Foro(*)  tal como había sido la costumbre en tiempos de Sila y Mario, aunque él fue el único de los proscritos en recibir este destino.

Cicerón no opuso resistencia a su ejecución, y, ofreciendo la cabeza, se limitó a pedir que se le matara “con corrección”. También serían eliminados su hermano y su sobrino y  sólo sobrevivió su hijo Marco Tulio.

(*) Tribunas del Foro que servían de púlpito, desde el que los magistrados y oradores arengaban al pueblo

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