sábado, 16 de diciembre de 2017

El lujurioso Papa Juan XII

Tal día como hoy 16 de diciembre del año 955, en Roma inicia su pontificado el papa Juan XII

También conocido como "El Papa Fornicario", fue hijo ilegítimo de Alberico II,  influyente personaje durante el periodo conocido en Roma como la “pornocracia”.

De nombre Octaviano, tenía al ser elegido menos de dieciocho años y nula formación, tanto mundana como religiosa, mostrando desinterés por lo espiritual y afición a placeres groseros y vida disoluta.

Durante su pontificado - uno de los más nefastos de la historia de la Iglesia - el rey Berengario II intentó extender su soberanía sobre la Iglesia, lo que hizo que Juan XII, en el año 960 solicitase la ayuda del rey alemán Otón I, ofreciéndole a cambio la corona imperial.

Otón, fue a Italia dirigiéndose a Roma donde fue coronado emperador el 2 de febrero de 962, y tanto el Papa como el pueblo romano les prestaron juramento de fidelidad, con lo que nacía el Sacro Imperio Romano Germánico.

Juan XII y Otón I rubricaron su alianza, en un documento conocido como “Privilegium Othonis” que establecía que ningún papa sería consagrado hasta que su elección hubiera sido aprobada por el emperador y donde se prestaba juramento de lealtad entre Roma y el Imperio.

Este pacto, se mantuvo sólo durante el tiempo que Otón permaneció en Roma, ya que cuando  abandonó Italia, Juan XII, rompiendo su juramento, buscó alianzas con los bizantinos y los príncipes italianos para desembarazarse del emperador.

Otón irritado, volvió a  Roma lo que obligó a Juan XII a huir de la ciudad, mientras  el emperador convocó un concilio, en noviembre de 963, y depuso al papa acusándolo de vicios, y delitos tan graves como; incesto, perjurio, homicidio y sacrilegio,  imputaciones que han sido objeto de debate por historiadores eclesiásticos, por parecer más intereses a favor del emperador, que acusaciones reales.

Inmediatamente después, eligieron para sustituirlo al secretario del emperador, León, un seglar que recibió las órdenes sagradas ese mismo día y que tomó el nombre de León VIII.

Sin embargo Juan XII, que  se había llevado los tesoros de la Iglesia, organizó un ejército con el que regresó a Roma en febrero del 964, una vez que Otón hubo marchado, y convocó otro concilio que depuso a León VIII, dedicando los últimos días de su existencia a los placeres de la carne  y a vengarse de sus opositores, lo que hizo que Otón regresara de nuevo a Roma, aunque cuando llegó el Papa ya había fallecido.

Juan XII murió el 14 de mayo del 964, al parecer asesinado de un martillazo en la cabeza por un marido que le había sorprendido en el lecho de su mujer, existiendo otra versión que dice que murió de apoplejía en pleno acto sexual.

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