Tal día como hoy 10 de octubre de 1830 nació en Madrid Isabel II de Borbón, hija de Fernando VII y reina de España desde 1833 hasta 1868.
El tiempo que pasó en el trono coincidió con un periodo bastante convulso para España en el que las guerras internas, las revueltas populares o levantamientos militares y las conspiraciones palaciegas entre quienes ostentaban el poder fueron el pan de cada día.
Los primeros años de su vida ya resultaron complicados a nivel político. En España, la Ley Sálica establecía que la corona solo podía ser heredada por una mujer si no había parientes varones en la línea principal (hijos) o lateral (hermanos y sobrinos) por lo que esta habría pasado a Carlos María de Isidro, hermano menor de Fernando VII, tras la muerte del monarca en lugar de a Isabel.
Fernando VII derogó la ley y fue ratificada por las Cortes meses antes de la muerte del rey. En septiembre de 1833 se establecía la regencia de María Cristina hasta la mayoría de edad de Isabel, pero esta sería sustituida en 1840 por el general Baldomero Espartero y en 1843 -con 13 años- se adelantó la mayoría de edad de Isabel y se la nombró reina oficialmente.
Su escasa preparación y la temprana edad en la que subió al trono hicieron de Isabel II una reina muy influenciable, que basaba su gobierno en la opinión de asesores y ministros con intereses propios por lo que se convirtió en un reinado inestable salpicado por las guerras carlistas que libró contra los seguidores de su tío Carlos María de Isidro y los levantamientos de generales que se acostumbraron a tomar el poder dando pequeños golpes de Estado cuando les convenía.
Isabel II fue manipulada por su madre, obligada a un matrimonio sin sentido con su primo, el infante Francisco de Asís de Borbón -el día del matrimonio le dijo a un diplomático: "Qué voy a decir de un hombre que en la noche de bodas llevaba en su camisa más bordados que yo en la mía”-, e instrumentalizada por una serie de políticos sin escrúpulos que la manejaban a su antojo.
Pero si algo ha trascendido especialmente de la reina española han sido sus líos amorosos, convertidos en cuestión de Estado.
"Es puta, pero pía". Se dice que esas fueron las palabras reales utilizadas por el papa Pío IX para definir a Isabel II momentos antes de concederle la Rosa de Oro de la cristiandad. Su recua de amantes, especialmente el general Francisco Serrano, le granjeó fama de ninfómana.
Así la describen todas las crónicas de la época, como una mujer con un apetito sexual insaciable, que invitaba a su lecho a cualquiera y como una monarca a la que le interesaba más el placer que el poder
Conocida por sus muchos amantes, Isabel II se encontró con que su reinado terminó abruptamente en 1868. La crisis económica que se arrastraba desde 1866 unida a las prácticas cada vez más abusivas del Partido Moderado en el poder y la pérdida de apoyos de Isabel II hicieron que los líderes de los principales partidos llevaran a cabo un golpe militar denominado la Revolución Gloriosa.
La victoria de los sublevados quedó clara en apenas 10 días e Isabel II tuvo que huir a Francia. Su salida desembocó en el llamado Sexenio Democrático, el breve reinado de Amadeo I de Saboya, la Primera República Española y la Restauración Borbónica.
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