Tal día como hoy 19 de octubre de 1989, se produce un incendio en la central nuclear de Vandellós I en Tarragona. El accidente de nivel 3, es el accidente nuclear más grave ocurrido España, el cuál obligó a que la planta fuera cerrada de manera definitiva.
La noche del 19 de octubre de 1989 en la sala de control de la central nuclear de Vandellòs 1 empezaron a sonar las alarmas. La primera anunciaba la alta vibración de uno de los ejes de las turbinas de los generadores. Las alertas iban sucediéndose en cadena cuando de pronto los trabajadores escucharon explosiones. Se había desencadenado un incendio en el generador debido a un fallo mecánico, según un informe del Consejo de Seguridad Nuclear . Esos fallos desembocaron en el peor accidente ocurrido en una central nuclear española, del que hoy se cumplen 30 años.
Las llamas se propagaron a una gran velocidad causando daños severos en los sistemas de la refrigeración del reactor y el fuego era visible a kilómetros de distancia. Luego llegó lo más grave al inundarse de agua la parte baja del reactor. La noche en Vandellòs 1, en funcionamiento desde 1972, solo acababa de empezar cuando llegaron los bomberos. “Los técnicos huyeron de las dependencias afectadas y nos quedamos solos; algunos técnicos tomaban muestras de agua y otros llamaban a Francia, mientras se oían gritos de ‘¡se va el reactor, se va el reactor!”,
Enseguida llamaron a los empleados que estaban de retén, como Carlos Arriola, que trabajaba en el mantenimiento mecánico de la instalación. “Había mucho humo, lo prioritario era achicar el agua. Fui uno de los primeros en bajar a la cava de reactor. No había casi iluminación, ruido de alarmas, bidones flotando, un metro y medio de agua…”, relata.
El accidente fue clasificado de nivel 3 que corresponde a un “incidente importante”, por lo que no provocó emisión de radioactividad al exterior. Mientras la situación se estabilizaba en Vandellòs 1, en el exterior proliferaban las concentraciones que exigían el cierre de la central, como la que reunió a 40.000 personas en Barcelona un mes después.
El cierre de la instalación, decretado meses después, fue una decisión política, asegura Javier Dies, catedrático de Ingeniería Nuclear de la Universidad Politécnica de Cataluña “Podrían arreglado la turbina y continuar. No hubo ningún impacto para el medio ambiente ni la seguridad de las personas”, sostiene. Por el accidente fueron imputados cinco cargos de Hifrensa que fueron absueltos.
El Gobierno estimó en 40.000 millones de pesetas -240 millones de euros- el desmantelamiento. Lo más importante fue que todos los que participaron en la noche más larga de Vandellòs 1 aprendieron la lección. Se realizaron jornadas de formación en centrales extranjeras y el 85% de la brigada de emergencias de Tarragona ha hecho prácticas.
Después de una primera fase de desmantelamiento de la central, hoy el reactor, está latente, afirma Alejandro Rodríguez, director de operaciones de Enresa, empresa pública encargada de la gestión de los residuos radioactivos. "Se deja sin desmantelar la estructura del reactor hasta el 2029 para que sea menos radioactivo, haya un menor coste para la salud de los trabajadores y menos coste económico”, afirma.
A pesar de ello, las entidades ecologistas denuncian el peligro que sigue entrañando la instalación y siguen con las movilizaciones.
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