Tal día como hoy 5 de octubre de 1934
comenzó una sublevación violenta de la izquierda española
encabezada por el PSOE, la UGT y la CNT entre otros.
Aunque se produjo en numerosos lugares del territorio nacional como Madrid o Vizcaya e incluso Cataluña llegó a proclamar el “Estado catalán dentro de la República Federal Española”, fracasó en todas partes ante la contundente respuesta del ejército y la Guardia Civil. El único lugar en el que la revolución perduró fue en Asturias, donde comunistas y anarquistas unieron fuerzas en la llamada Alianza Obrera.
Las elecciones de 1933 dieron el gobierno de la Segunda República a la derecha, con la CEDA como principal fuerza política y el Partido Radical de Lerroux - más moderado - como cabeza del gobierno.
El PSOE y las fuerzas de izquierdas no querían tolerar la entrada de miembros de la CEDA en el gobierno de la república y cuando tres ministros del partido de Gil Robles juraron el cargo el día 4 de octubre fue la señal que esperaban para levantarse en armas.
En Asturias el plan estaba cuidadosamente medido. Miles de obreros y mineros tomaron la fábrica armamentística de Trubia y se hicieron con la provincia al estar bien armados, contar con grandes cantidades de dinamita y superar numéricamente a la Guardia Civil y demás fuerzas.
La sangre corrió por las calles de Oviedo y se quemaron alrededor de 60 edificios religiosos. El gobierno decidió enviar a la Legión y a los Regulares de Marruecos en una acción conjunta dirigida por Francisco Franco, el mismo que dos años después daría un golpe de Estado contra la república y que en ese momento fue considerado su salvador.
Se optó por la represión y la guerra sin cuartel para poner fin a la intentona revolucionaria que se estaba llevando a cabo. Cuando el 19 de octubre se dio por controlada la situación los muertos ascendían a 1.100 entre los sublevados y más de 300 entre ejército y Guardia Civil, los heridos superaron los 2.000 y hubo alrededor de 30.000 detenidos en toda España.
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