Tal día como hoy 27 de febrero de 1933, tiene lugar el incendio del Reichstag o Parlamento alemán que pertenece a esa serie de hechos históricos, que durante décadas han generado innumerables teorías conspirativas.
Y tras el misterio de la quema total de la Cámara de Diputados en tan sólo 25 minutos se han barajado como autores interesados al Partido Comunista Alemán y al entonces gubernamental Partido Nacionalsocialista . El voluminoso informe policial establece, por su parte, que el albañil en paro holandés Marinus van der Lube, de filiación comunista, actuó solo.
De cualquier manera, el incendio fue aprovechado inmediatamente por el canciller, Adolf Hitler, quien había ocupado el cargo el 30 de enero, para ejecutar sus meditados planes.
En medio del estupor generalizado, logró del anciano presidente, Paul von Hindenburg, que aprobara un decreto que aplicaba el estado de emergencia y suprimía gran parte de casi todas las libertades incluidas en la Constitución de Weimar de 1919. Comenzaba una pesadilla de poder absoluto, que no terminaría hasta 1945, tras el fin de la II Guerra Mundial.
Aquella noche, con temperaturas de cuatro grados bajo cero y una sensación superior de frío a causa del viento, el joven estudiante de Teología Hans Flöter pasaba junto al pórtico sur del Reichstag, cuando levantó su vista hacia las ventanas superiores al escuchar ruido de cristales rotos. Cuando intuyó llamas se quedó mirando sorprendido y de pronto comenzó a correr en busca de ayuda. La encontró a las 21.05 horas en la fachada norte en el agente Karl Buwert, que vigilaba la zona.
A las 21 horas se realizó la llamada a los bomberos, que llegaron pocos minutos después. Pero poco se podía hacer y a las 21.27 el edificio ardió como una tea. En uno de los laterales del edificio descubrieron al albañil Van der Lube casi sin ropa, ennegrecido por el humo y con algunas quemaduras.
El canciller democrático Hitler y su lugarteniente Herman Göring acudieron al lugar en pocos minutos y, tras conocer la detención, culparon inmediatamente del ataque al partido comunista alemán ante los periodistas presentes. Esa misma noche, el gobernante ordenó la detención masiva de militantes del partido, aunque su prohibición no se produjo hasta después de las elecciones del 5 de marzo, cuando los nazis lograron una amplia mayoría tras aumentar el número de diputados.
Durante el juicio en Leipzig, el propio Van der Lube admitió su culpabilidad y afirmó que actuó solo iniciando decenas de pequeños incendios. En todo caso, el momento sirvió a Hitler para desprestigiar al movimiento comunista alemán e internacional y muchos otros activistas fueron condenados por colaboración en el incendio.
Durante años se sospechó que el propio partido nazi fue el promotor del atentado contra el Reichstag para dar rienda suelta a todos sus funestos planes. Según esta tesis, un grupo de paramilitares de las SA, tropas de asalto nacionalsocialistas. se coló en el edificio gracias a un pasadizo desde un edificio propiedad de Göring.
Tras rociar el recinto de productos químicos, supuestamente iniciaron el fuego. Según esta versión, fueron las SA quienes dejaron a Van der Lube iniciando pequeños fuegos hasta que fue localizado por la policía. El holandés sería el chivo expiatorio, ya que poco antes había sido detenido acusado de pirómano.
Lo ocurrido después es harto conocido. Tras conseguir que Hindenburg disolviera el Reichstag y convocara elecciones el 5 de marzo, Hitler logró la mayoría suficiente para aplicar la llamada Ley Habilitante, que convirtió 'de facto' a Alemania en una dictadura, ya que el Gobierno no debía pasar por el Parlamento para aprobar las leyes.
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