miércoles, 24 de marzo de 2021

El Golpe de Estado y la dictadura militar en Argentina

 

Tal día como hoy, en la madrugada del 24 de marzo de 1976, el teniente general Jorge Rafael Videla hizo un comunicado en la radio nacional argentina informando a la población de que el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón había sido depuesto y se instauraba una dictadura cívico-militar encabezada por los más altos cargos de los tres ejércitos. Nacía en Argentina un régimen autoritario que perduraría en el tiempo hasta 1983.

Lo cierto es que la situación cogió por sorpresa a muy pocos, pues el estado de crispación en que vivía el país y el atronador ruido de sables que lo acompañaba apuntaban desde hacía tiempo a una toma del poder violenta por parte del ejército. Juan Domingo Perón ya había sufrido intentonas similares cuando aún era presidente y su esposa -María Estela, no Evita-, que había heredado el cargo tras su muerte en 1974, se encontró de frente con un plan perfectamente coordinado y apoyado por prácticamente todos los cuerpos del ejército argentino.

Tras arrestar a la presidenta y a los altos cargos del gobierno constitucional, los militares tomaron las estaciones de radio y televisión y dieron comienzo al régimen que ellos llamaron “Proceso de Reorganización Nacional”. Todo ello en apenas unas horas y con escasa opción a resistirse debido a su abrumadora superioridad numérica y armamentística.

Lo que debía ser el principio de una remodelación del país supuso una de las etapas más oscuras de la historia reciente de Argentina. El gobierno, presidido por Videla y organizado en las llamadas Juntas Militares, utilizó cualquier herramienta que tenía a su alcance para permanecer en el poder y llevó a las calles el terror y la persecución contra cualquiera que no siguiera su línea de pensamiento o que fuera un estorbo.

Entre el golpe de Estado y el año 1983, cuando acabó la dictadura, Argentina vivió un escenario de decenas de miles de desapariciones sumarias, asesinatos políticos, centros de reclusión y tortura, secuestros, robo de bebés, exilios forzados, terrorismo de estado y casi cualquier crimen de lesa humanidad que uno pueda imaginar.

Todo esto, por supuesto, seguía los métodos habituales de las dictaduras que habían surgido en América Latina durante la década de los 70 y que en coordinaban en el llamado Plan Cóndor. Documentos de la CIA publicados por la administración Obama en 2016 demuestran que Estados Unidos estaba al corriente del plan de Videla y el resto de militares y que contaban con el beneplácito y el apoyo del entonces presidente Gerald Ford.

Con la llegada de la década de los 80, la población argentina y los sindicatos empezaron a movilizarse con más fuerza y sabiendo que la crisis económica por la que pasaba el país estaba desestabilizando el poder del mando militar.

En 1982 el intento de recuperar la soberanía sobre las islas Malvinas, en manos de los británicos, por parte de la Junta Militar supuso una terrible derrota que asestó el golpe de gracia a la dictadura que se desmoronó y llevó al país a unas elecciones libres y a la vuelta del sistema democrático.

En Argentina, el 24 de marzo se celebra el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en el que se recuerdan los acontecimientos que se vivieron de la dictadura y las víctimas que se dejaron por el camino buscando que no se vuelvan a repetir.

 

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