Tal día como hoy 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se convirtió en el papa Francisco, el primer papa del hemisferio occidental, de Sudamérica y de la orden jesuita, sucediendo a Benedicto XVI, que había renunciado.
Antes de formar parte de la Iglesia, Bergoglio fue técnico químico y trabajó en la industria alimentaria. Por poco tiempo, ya que con 22 años y tras sufrir una grave neumonía que le causó la extirpación de parte de su pulmón derecho, entró de novicio en los jesuitas. Se licenció en filosofía y cuando acabó la carrera empezó a estudiar teología. Al mismo tiempo dio clases de literatura y psicología en una escuela secundaria.
Bergoglio fue ordenado sacerdote en 1969 y se convirtió en el superior de los jesuitas de Argentina en 1973, cargo que ostentó hasta 1979. Su mandato como jefe de la orden religiosa coincidió con el golpe militar que dio el general Videla en Argentina en 1976. El que habría de convertirse en papa se vio involucrado en un caso en el que desaparecieron dos jesuitas durante la Guerra Sucia desde 1976 hasta 1983.
La Guerra Sucia fue una campaña puesta en marcha por la dictadura, en la que policías y militares persiguieron a personas de izquierdas y otras consideradas subversivas. Desaparecieron entre 10 000 y 30 000 personas, generalmente secuestradas, torturadas y asesinadas. Pues bien, el futuro papa afirmó más tarde que había ocultado a varias personas de las autoridades, incluso ayudado a algunas de ellas a huir del país.
A Bergoglio se le acusó de entregar al régimen a los dos jesuitas desaparecidos que más tarde aparecieron drogados en un campo, otros aceptaron su afirmación de que intercedió encubiertamente ante el régimen para asegurar su eventual liberación. La demanda que lo acusaba de complicidad en la desaparición de los religiosos fue finalmente desestimada.
En 1992 Bergoglio fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires y en 1998, arzobispo, cargo que ostentó hasta su elección al papado. En 2001 fue consagrado cardenal.
Durante la crisis económica que vivió Argentina en los años 90, el religioso adquirió su mundialmente conocida fama de persona humilde. Bergoglio vivía en un sencillo apartamento en el centro de la ciudad, en vez de en la residencia del arzobispo y se desplazaba en transporte público o a pie en lugar de en coche con conductor. Se convirtió en un firme defensor de los pobres y se enfrentó al gobierno de centro-izquierda de Néstor Kirchner y, más tarde, de Cristina Fernández de Kirchner.
En febrero de 2013 el papa Benedicto XVI renunció al cargo, alegando problemas de salud y su avanzada edad. Se convocó un cónclave a principios de marzo. Bergoglio fue elegido en la quinta votación y optó por el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís, que vivió una vida de humilde servicio a los pobres, y también para recordar a San Francisco Javier, miembro fundador de los jesuitas.
Aunque fue el primer papa Francisco y se le conocía ampliamente como "Francisco I", se negó a utilizar el número romano I para indicar que era el primero en utilizar su nombre papal. Tradicionalmente, el número I no se añade al nombre de un papa hasta después de que un segundo papa del mismo nombre haya sido elegido. Juan Pablo I fue el primer papa que usó el número durante su mandato.
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