Tal día como hoy 2 de septiembre de 1945, el presidente Ho Chi Minh leyó en la plaza capitalina de Ba Dinh la Declaración de Independencia de Vietnam, proclamando a su pueblo y al mundo la liberación del país indochino del dominio francés.
Ese momento feliz marcó una nueva etapa de la historia nacional y se grabó profundamente en el corazón de los testigos. Ya han pasado 76 años desde entonces, pero esa fecha siempre tiene un significado importante para todos los vietnamitas.
La Proclamación de Independencia de Vietnam, decía: “Un pueblo que se ha opuesto con coraje a la esclavitud francesa durante más de ochenta años, un pueblo que resueltamente se ha puesto del lado de los Aliados contra los fascistas durante los últimos años, este pueblo debe ser libre, este pueblo debe ser independiente”.
Estas palabras del presidente Ho Chi Minh dejaron profundas emociones en los vietnamitas porque reafirmaron sus valores humanos y sus deseos de liberarse de las cadenas de la esclavitud para ser ciudadanos de un país autónomo e independiente.
La Declaración de Independencia de Vietnam es una epopeya que marca la victoria de más de un siglo de tenaces luchas contra el colonialismo, y que representa la continuidad de la historia del pueblo vietnamita contra los invasores. El texto abrió una nueva era, dando a luz a la República Democrática de Vietnam, el primer Estado independiente del sistema colonial mundial y también el primero del sudeste asiático dirigido por un gobierno de la clase obrera y los campesinos.
Desde ese momento, los vietnamitas fueron los verdaderos y únicos dueños del país, la victoria de la Revolución de Agosto de 1945, que culminó con la Declaración de la Independencia, se debió mucho a las políticas y orientaciones del Partido Comunista y al sentir unitario del pueblo.: “Entonces, nos unimos a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial y manifestamos que solo colaboraríamos con los miembros de dicha alianza. Estábamos del lado democrático y antifascista. Dentro del territorio nacional, movilizamos la fuerza de todos los pobladores, sin importar su estrato, religión o etnia.”
De hecho, el 2 de septiembre se ha convertido en una celebración de suma importancia entre las generaciones vietnamitas de entonces, de hoy y del futuro.
Los testigos aún vivos de la lectura de la Proclamación de la Independencia de Vietnam ahora son muy viejos. Sin embargo, todavía recuerdan claramente ese momento lleno de felicidad. El teniente general Pham Hong Cu, ex vicejefe de la Dirección Política General del Ejército Popular de Vietnam, contó que después de leer el presidente la Declaración, él y otros cientos de miles de vietnamitas alzaron las manos hacia el cielo para jurar una eterna fidelidad a la independencia y la soberanía nacional.
El ex militar dijo: “Hasta 500 mil personas vocearon su juramento. Yo también. Pero entonces, se me salieron las lágrimas. Miré alrededor. Todos estaban llorando. Me di cuenta de que era la expresión de una felicidad enorme que no podíamos contener. Antes éramos esclavos y no teníamos patria propia, pero a partir de esa fecha fuimos ciudadanos de la República Democrática de Vietnam.”
Por su parte, el coronel Nguyen Trong Ham, ex subjefe de la Autodefensa de Hanói, hoy Distrito Militar de Hanói, compartió que solo las personas que sufrieron la guerra como él y sus compañeros pueden percibir completamente la felicidad del pueblo vietnamita en el Día de la Independencia. Y recalcó que ese fue un hito de significado majestuoso y vivido por todo el país en un ambiente solidario y unificado.
Con sus lecciones sobre el valor de la libertad, conseguida con sangre, el Día de la Independencia ha sido siempre un orgullo para sucesivas generaciones de vietnamitas.
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