sábado, 22 de octubre de 2022

Cuando España declaró la guerra a Marruecos

Tal día como hoy 22 de octubre de 1859, España declara la guerra a Marruecos ante los frecuentes incidentes que se vienen sucediendo en las plazas bajo soberanía española y por las humillaciones al escudo nacional en Ceuta.

La guerra, que duró cuatro meses, se inició en diciembre de 1859 cuando el Ejército español, desembarcado en Ceuta el mes anterior, comenzó la invasión del sultanato de Marruecos. Se trataba de un ejército mal equipado, preparado y dirigido, y con un aprovisionamiento muy deficiente, lo que explica que de los cerca de 4000 muertos españoles, dos tercios no murieran en el campo de batalla, sino que fueran víctimas del cólera y de otras enfermedades.

A pesar de ello se sucedieron las victorias en las batallas de los Castillejos —donde destacó el general Juan Prim, lo que le valió el título de marqués de los Castillejos—, la de Tetuán —ciudad que fue tomada el 6 de febrero de 1860 y que le valió a O'Donnell el título de duque de Tetuán— y la de Wad Ras del 23 de marzo que despejó el camino hacia Tánger, victorias que fueron magnificadas por la prensa en España.

El ejército expedicionario que partió de Algeciras estaba compuesto por unos 45 000 hombres, 3000 mulos y caballos y 78 piezas de artillería, apoyado por una escuadra de guerra formada por un navío de línea, dos fragatas de hélice y una de vela, dos corbetas, cuatro goletas, once vapores de ruedas y tres faluchos, además de nueve vapores y tres urcas que actuaron como transportes de tropas.

O'Donnell dividió las fuerzas en tres cuerpos de ejército, en los que puso al frente a los generales Juan Zavala de la Puente, Antonio Ros de Olano y Ramón de Echagüe. El grupo de reserva estuvo bajo el mando del general Juan Prim. La División de Caballería, al mando del mariscal de campo Félix Alcalá Galiano.El almirante Segundo Díaz Herrero fue nombrado jefe de la escuadra.

El 17 de diciembre se desataron las hostilidades por la columna mandada por Zabala que ocupó la sierra de Bullones. Dos días después Echagüe conquistó el Palacio del Serrallo y O'Donnell se puso al frente de la fuerza que desembarcó en Ceuta el 21. El día de Navidad los tres cuerpos de ejército habían consolidado sus posiciones y esperaban la orden de avanzar hacia Tetuán.

El 1 de enero de 1860, el general Prim avanzó en tromba hasta la desembocadura de Uad el-Jelú con el apoyo al flanco del general Zabala y el de la flota que mantenía a las fuerzas enemigas alejadas de la costa. Las refriegas continuaron hasta el 31 de enero, en que fue contenida una acción ofensiva marroquí, y O'Donnell comenzó la marcha hacia Tetuán, con el apoyo de los voluntarios catalanes.

Recibía la cobertura del general Ros de Olano y de Prim en los flancos. La presión de la artillería española desbarató las filas marroquíes hasta el punto de que los restos de este ejército se refugiaron en Tetuán, que cayó el día 6 de febrero.

El siguiente objetivo era Tánger. El Ejército español se vio reforzado por otra división de infantería de 5600 soldados, junto a la que desembarcaron las unidades voluntarias vascas y navarras, formadas por 3000 hombres, la mayoría carlistas, junto al batallón de voluntarios catalanes, con unos 450 reclutas de la misma procedencia.

Desembarcaron durante el mes de febrero hasta completar una fuerza suficiente para la ofensiva del 11 de marzo. El 23 de marzo se produjo la batalla de Wad-Ras en la que venció el Ejército español y forzó la petición de paz del comandante marroquí Muley Abbás.

La Guerra de África fue un completo éxito para el Gobierno español y aumentó su respaldo popular, pues levantó una gran ola de patriotismo por todo el país, a pesar de que "el desenlace de la guerra no colmó, sin embargo, las expectativas creadas en un clima de euforia patriótica que no tenía parangón en la historia reciente"

La Guerra de África produjo una gran cantidad de crónicas periodísticas, pues varios periódicos enviaron corresponsales a la zona, relatos, obras literarias, canciones, cuadros, monumentos, etc., muchas de ellas teñidas de un patriotismo grandilocuente y eminentemente propagandístico. 

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