sábado, 8 de octubre de 2022

El incidente del reactor nuclear de Windscale-Sellafield, en Liverpool

Tal día como hoy 8 de octubre de 1957, se produce un gravísimo incendio en un reactor de la planta nuclear de Windscale-Sellafield en Liverpool  -Reino Unido-, lo que origina una fuga radiactiva, que contamina un área de 300 kilómetros cuadrados.

La central nuclear fabrica plutonio con fines militares. El incendio se mantiene durante 16 horas. Nadie muere en él, pero se lanzan a la atmósfera toneladas de partículas altamente contaminadas. El informe sobre el incendio de la planta nuclear es censurado, por el primer ministro británico, Harold Macmillan, que teme que este incidente dañe el acuerdo de defensa nuclear entre su país y EE.UU.

Este accidente nuclear será, según los expertos, uno de los peores que jamás haya padecido nuestro planeta.

Sesenta y cinco años después de un grave accidente en la instalación nuclear británica de Sellafield, un nuevo estudio reveló que las consecuencias de la radiación fueron subestimadas en su momento, informaron medios locales.

El incendio del reactor liberó el doble de material radiactivo de lo estimado hasta ahora, señaló el estudio. En consecuencia enfermaron de cáncer no sólo 200 sino 240 personas, explicó el director del equipo investigador, John Garland.

En el reactor de Windscale -como era llamada la instalación de Sellafield por una localidad cercana- se desató un incendio por sobrecalentamiento el 8 de octubre de 1957. El reactor se usaba para la producción de plutonio, destinado a la fabricación de armas nucleares.

La nube atómica creada por el incendio alcanzó partes de Europa continental. En Gran Bretaña se contaminó un área de varios centenares de kilómetros cuadrados. La producción de leche fue suspendida temporalmente y el reactor fue apagado. Fue uno de los peores accidentes en un reactor nuclear antes del desastre de Chernobyl.

El incidente hace 50 años fue el peor en esta instalación, pero no el último. Hoy existen en Sellafield dos procesadoras de desechos nucleares, de reactores británicos y extranjeros. A pesar de métodos mejorados, una y otra vez grandes cantidades de material contaminado llegaron al mar.

En mayo de 2005, una parte de la instalación fue apagada tras un accidente. No hubo peligro para las personas y la naturaleza, señaló en su momento la administradora British Nuclear Group. Según medios británicos, en la planta procesadora de Sellafield hubo una fuga de ácido nítrico, material que contenía uranio y plutonio. 


 


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