domingo, 12 de noviembre de 2017

La primera vez que un ingenio humano aterrizó en un cometa

Tal día como hoy 12 de noviembre de 2014, por primera vez en la historia un artefacto fabricado por el hombre consigue aterrizar en la superficie de un cometa, al alcanzar, la sonda Philae, un módulo de 100 kilos de peso de la Agencia Espacial Europea, la superficie helada y cubierta de polvo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, a 510 millones de kilómetros de distancia de la Tierra.

Philae es el nombre del módulo de aterrizaje de la sonda espacial Rosetta, que se desprendió de la misma y descendió sobre el cometa, aunque su descenso resultó parcialmente fallido ya que el sistema de gas a chorro para evitar el rebote no funcionó, ni se desplegaron los arpones de sus patas  para un anclaje.

El nombre de la sonda se debe a la isla Philae, donde se encontró un obelisco que sirvió, junto con la piedra Rosetta, para poder avanzar en el descifrado de los jeroglíficos egipcios.

Su objetivo era aterrizar en la superficie de un cometa, fijarse en él y transmitir información sobre la composición del suelo.

El 20 de enero de 2014 el módulo despertó del modo “hibernación” en el que había permanecido 31 meses y el 12 de noviembre del  mismo año, se desprendió de la sonda Rosetta para aterrizar en el  cometa, realizando una serie de complejos movimientos orbitales para finalmente ponerse en dirección de colisión  y luego realizó un lento descenso que duró unas 7 horas.

Tras la maniobra de aterrizaje, los arpones de Philae no consiguieron anclarse a la superficie del cometa, lo cual provocó que saliese "rebotado" hasta situarse en otra zona a  más de un kilómetro de distancia del lugar elegido. Este cambio, provocó que el módulo no pudiese recargar sus baterías, al encontrarse en una zona con menor exposición a la luz solar, por lo que permaneció activo menos de dos días, para luego entrar en hibernación.

El 13 de junio de 2015, el módulo volvió a emitir señales y recuperó su actividad tras un periodo de hibernación lo cual pudo deberse a que las baterías se reactivaron al exponerse al sol y que el aparato pudo resistir las condiciones climáticas y ambientales del cometa.

En julio de 2015, los científicos presentaron en la revista Science los resultados de los hallazgos en la superficie del cometa, que confirman la presencia de compuestos orgánicos considerados precursores de la vida, que intervienen en la formación de aminoácidos esenciales .

En uno de estos estudios han participado investigadores españoles del Centro de Astrobiología perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quienes explicaron que el módulo Philae, determinó la existencia de material orgánico específicamente, 16 compuestos orgánicos, siendo la primera vez que estos se detectan en un cometa.

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