Tal día como hoy 14 de febrero de 1880, en Madrid se aprueba el Reglamento de las corridas de toros.
El origen de las corridas de toros en España, hunde sus raíces en la cultura grecolatina introducida en el proceso de romanización y el culto al toro como divinidad y su sacrificio ritual está constatado en las civilizaciones minoica y otras del mediterráneo oriental desde al menos la edad del bronce.
Los romanos, incorporaron a su cultura los mitos y divinidades de su zona de influencia, y al comenzar la conquista de Hispania, en el contexto de las guerras púnicas, instaura en la cultura local los juegos y luchas de fieras, en las que el toro era un animal de frecuente intervención, existiendo constancia de luchas contra osos, leones y seres humanos.
Desde su nacimiento como espectáculo moderno, en el siglo XVIII, las corridas de toros han sufrido críticas y prohibiciones y han tenido que sortear numerosas dificultades.
La dinastía de los Borbones y la aristocracia afrancesada, despreciaba estos espectáculos por considerarlos indignos y propios del pueblo bajo, por lo que Felipe V prohibió su ejercicio y Fernando VI consintió las corridas a cambio de que sus beneficios se destinasen a obras de caridad como hospitales y hospicios. De esta época son las primeras plazas de toros como edificios permanentes, como la de Madrid o la de Zaragoza.
Algunos intelectuales ilustrados, como Jovellanos, criticaban estos espectáculos por considerarlos poco didácticos y una muestra del atraso español y Carlos III, influido por el Conde de Aranda, prohibió las corridas de toros en 1771.
El pueblo, sin embargo, hizo caso omiso a la prohibición y siguió entregándose a las figuras del toreo, que Francisco de Goya recogió en su serie de grabados sobre tauromaquia. Todos los gobernantes posteriores intentaron prohibir las corridas y Carlos IV volvió a hacerlo en 1805.
Tras la Guerra de la Independencia, a lo largo del siglo XIX, surgía con frecuencia en el Parlamento Español el debate de la prohibición. La última vez fue en 1877, pero se rechazó la propuesta pues se consideraban que sería demasiado impopular
A partir de entonces no se ha abordado la prohibición directa pues la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República, el franquismo y la democracia, las han tolerado a cambio de gravarlas con impuestos especialmente altos y mantenerlas bajo control.
En 2006, según sondeo de Investiga, el perfil de los aficionados es en su mayoría masculino alcanzándose el máximo interés entre las personas de 65 y más años.
Existen discrepancias acerca de si en Canarias las corridas de toros están prohibidas por ley 8/1991 de 30 de abril que señala que su objetivo es "la protección de los animales domésticos".
El 28 de julio de 2010, el Parlamento de Cataluña aprobó la prohibición de llevar a cabo corridas de toros. Esta votación supuso la culminación de un proceso de iniciativa legislativa popular presentada por la plataforma “Prou!”, - Basta - que contó con 180.000 adhesiones.
Sin embargo, la popularidad de las corridas de toros fuera de España ha aumentado: el 23 de octubre de 2004 se celebró la primera corrida de toros de Asia en Shanghái y más de 13 millones de chinos ven las corridas de toros españolas por televisión.
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