martes, 20 de febrero de 2018

Cuando Carlos III prohibió el baile en las iglesias

Tal día como hoy 20 de febrero de 1777, en España, Carlos III prohíbe el baile en el interior de las iglesias.

Por diversos motivos, durante siglos algunas fiestas religiosas, especialmente las del Corpus Christi, y las de la Cruz, iban acompañadas, en el templo o en los desfiles procesionales, de espectáculos que incluían danzas y bailes, en una especie de mezcla de elementos religiosos y profanos. 

Las fiestas de la Cruz pasaron pronto a la calle cristianizando los meses de mayo y aún conservan generalmente esa escenografía, pero la festividad del Corpus sin embargo mantuvo durante mucho tiempo esa seña de identidad festiva.

Y así fue cómo, al tiempo que empezaron a alfombrarse de flores e hierbas las calles por donde había de discurrir la procesión  -costumbre que actualmente se mantiene- , se asociaron a la festividad litúrgica una serie de diversiones populares como las tarascas, los carros sacramentales y las danzas en las que los vicios humanos, se veían atacados y dominados por las virtudes cristianas.

El personaje más popular de todos fue “La Tarasca”, que tiene su origen en el dragón dominado por Santa Marta en la región francesa de Tarascón: cuando se disponía a devorar a la santa, esta hizo la señal de la cruz, le roció con agua bendita y la bestia se amansó.

La tarasca formaba parte del cortejo del Corpus como símbolo del paganismo que es evangelizado. A ella se unieron otros personajes populares como "el tarasquillo", que gastaba bromas a los espectadores y arrebataba las caperuzas a los distraídos. Dichos personajes seguían a los gigantes, que, en la catedral bailaban una danza que llevaba su nombre.

Las tarascas, pasaron a formar parte del propio cortejo procesional, puestas en grandes carros rodantes y la gente se divertía tanto con ellas que, al pasar el Santísimo, quedaba poco lugar para la devoción, porque muchos preferían ir siguiéndolas.

Estos espectáculos, bailes y danzas ya fueron prohibidos por el Consejo de Castilla en 1533 y el 12 de mayo de 1699  se firmaba una Real Cédula estableciendo que sólo los hombres formarían en las danzas; que no llevarían velos, ni mascarillas, ni sombreros delante del Santísimo, sino guirnaldas o coronas de flores; que podrían bailar en la iglesia, pero no durante la misa  y en otros lugares que no fueran el presbiterio o el coro.

El 20 de febrero de 1777, Carlos III mediante una pragmática, exhortó a los obispos a que no permitieran “espectáculos que no sirven de edificación y pueden servir a la indevoción y al desorden en las procesiones de semana santa, Cruz de mayo, rogativas, ni en otras algunas” y encarecía que las fiestas y procesiones finalizaran “antes de ponerse el sol, para evitar los inconvenientes que pueden resultar de lo contrario”.
 
De aquellas costumbres han quedado actualmente algunos restos, como los “seises”, que cantan y bailan ante el Santísimo en la festividad del Corpus en Sevilla o la “tarasca”, que sigue saliendo en procesión, en Granada.

 BAILE DE LOS SEISES CATEDRAL DE SEVILLA :https://www.youtube.com/watch?v=6P60qSkl8sU

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