martes, 27 de marzo de 2018

Fray Luis de León; “Decíamos ayer…”

Tal día como hoy 27 de marzo del 1572, la Inquisición encarcela a Fray Luis de León, bajo la acusación de sostener que la Biblia Vulgata contenía errores de traducción.

Fray Luis de León fue un poeta, humanista y religioso agustino español de la escuela salmantina, uno de los poetas más importantes de la segunda fase del Renacimiento español junto con Alonso de Ercilla, Fernando de Herrera y San Juan de la Cruz.

Su obra está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar lo prometido por Dios, identificado con la paz y el conocimiento.

Nació en Belmonte en 1527 de origen judeoconverso por ambas ramas y  cursó sus primeros estudios en Madrid y Valladolid, donde su padre ejerció la labor de consejero regio. Cuando cumplió catorce años, marchó a Salamanca para ingresar en la Orden de los Agustinos y esta ciudad constituyó el centro de su vida intelectual como profesor de su universidad.

Entre mayo y junio de 1560 obtuvo los grados de licenciado y maestro en Teología por la Universidad de Salamanca y comenzó su lucha por las cátedras: la de Biblia y la de Santo Tomás, que ganó en 1561, frente a siete aspirantes.

Tales éxitos le atrajeron la ojeriza de los dominicos, patronos de la Inquisición, pues fue denunciado y estuvo un periodo en la cárcel  por traducir la Biblia a la lengua vulgar sin licencia; en concreto por su célebre versión del Cantar de los cantares.

En la prisión escribió “De los nombres de Cristo” y varias poesías, y tras su estancia en prisión el 7 de diciembre de 1576, fue nombrado profesor de filosofía moral y un año más tarde consiguió la cátedra de la Sagrada Escritura, que obtuvo en propiedad en 1579.

Los motivos de su prisión hay que achacarlos a las envidias y rencillas entre órdenes y la acusación principal era preferir el texto hebreo del Antiguo Testamento a la versión latina adoptada por el Concilio de Trento, lo cual era cierto, pero también haber traducido partes de la Biblia, en concreto el Cantar de los Cantares a la lengua vulgar, cosa expresamente prohibida también por ese concilio.

Aunque Fray Luis era inocente de tales acusaciones, su prolija defensa alargó el proceso, que se demoró cuatro largos años, tras los cuales fue finalmente absuelto.

Tras salir de la cárcel, regresó a  su cátedra y sus biógrafos cuentan que Fray Luis acostumbraba  resumir las lecciones explicadas de la clase anterior y que al volver a la Universidad, en enero de 1577, retomó sus lecciones con la frase “Decíamos ayer…”, como si sus cuatro años de prisión no hubieran transcurrido.

El 14 de agosto de 1591 fue elegido provincial de Castilla de la orden de San Agustín, en el convento de la localidad de Madrigal de las Altas Torres -Ávila -, donde lo sorprenderá la muerte nueve días después. Sus restos fueron trasladados a Salamanca donde fue enterrado.


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