Tal día como hoy 5 de mayo de 1518,,el capitán y conquistador español Juan de Grijalva, tras haber zarpado de Cuba el pasado 1 de mayo, toma posesión de las islas de Yucatán, Cozumel, Cicia, Costilla y otras, en nombre de los monarcas españoles.
Juan de Grijalba fue un Conquistador español que exploró la costa de México y tuvo la primera noticia de la existencia del Imperio azteca. Acompañó a su tío Pánfilo de Narváez a La Española, desde donde partió en la expedición de Diego Velázquez a Cuba.
En 1518 salió de Santiago de Cuba para explorar la costa del Golfo de México. La necesidad de reparar algunos desperfectos de las naves obligó a la flota a cruzar un estrecho situado entre tierra firme y una isla que antes les había pasado desapercibida; el piloto mayor de la escuadra, Antón de Alaminos, creyó que Yucatán era una isla y la llamó Isla Rica. Juan de Grijalva llegó al territorio de Tabasco, donde entró en contacto con los aztecas, y más tarde desembarcó en las proximidades de la actual Veracruz, llamando a aquellas tierras San Juan de Ulúa.
Tras regresar a Cuba, fue destituido por Diego Velázquez, circunstancia que lo llevó a ponerse a las órdenes del gobernador Pedrarias Dávila. Firme partidario de la sumisión pacífica de los indios, murió víctima de un ataque indígena en el transcurso de una exploración por América Central.
Juan de Grijalva se trasladó en su juventud a Cuba, donde contó con el apoyo político de su tío, Pánfilo de Narváez, y de su paisano, el gobernador Diego Velázquez de Cuéllar. Intervino en el proceso de conquista y colonización de la isla desde 1511 y, dos años después, a las órdenes de Narváez, recorrió y sometió el interior del territorio. Según la crónica de Herrera, cuando Velázquez partió para celebrar su boda le dejó a cargo de la colonia de Santiago de Cuba, donde residían fray Bartolomé de Las Casas y cincuenta españoles.
En 1514 participó en la fundación de la villa Trinidad, en la que permaneció en calidad de poblador y encomendero hasta que Diego Velázquez le puso al frente de una expedición que tenía la misión de completar las exploraciones que, a lo largo del Golfo de México, entre la Península del Yucatán y la de Florida, había realizado Francisco Hernández de Córdoba (1517).
Los cuatro navíos recalaron el 3 de mayo en la isla de Cozumel, a la que Grijalva dio el nombre de Santa Cruz, antes de avistar el continente americano. Posteriormente recorrieron la costa este del Yucatán y entraron en contacto con distintas poblaciones de origen maya, herederos de la antigua magnificencia de la cultura maya, en decadencia desde el siglo anterior. Hallaron las bocas de los ríos Usumacinta, Tabasco, Coatzacoalcos y Papaloapan, y establecieron relaciones con los indígenas que poblaban sus márgenes.
Más tarde alcanzaron la desembocadura de otro río, denominado Banderas por Grijalva, donde tuvieron la primera noticia de la existencia del imperio azteca, al recibir a una embajada enviada por Moctezuma II. El 19 de junio los españoles desembarcaron en las cercanías de la actual Veracruz, en las playas de San Juan de Ulúa, y tomaron posesión de aquel puerto, al que dieron el nombre de Santa María de las Nieves. Pese a la insistencia de algunos de sus capitanes, Grijalva no se atrevió a fundar una colonia.
Después de enviar a Pedro de Alvarado a Cuba en busca de refuerzos, Juan de Grijalva continuó su exploración costera, pero, al verse acosado por nativos hostiles en las cercanías de la desembocadura del río Canoas, siguió el consejo del piloto Antón de Alaminos y, el 21 de septiembre, determinó regresar, ante la oposición, de Francisco de Montejo y Alonso Dávila.
Cristóbal de Olid, ante su tardanza, había salido en su busca sin conseguir hallarlo. Al llegar a Cuba dio noticia de sus descubrimientos a Diego Velázquez, que, condicionado por el informe de Pedro de Alvarado, criticó su falta de decisión colonizadora y envió a Hernán Cortés a conquistar las nuevas tierras descubiertas.
En 1523 participó como jefe de escuadra, a las órdenes de Francisco de Garay, en un fallido intento de conquistar el Pánuco, que no fructificó al enviar Cortés varios de sus hombres para impedirlo. Pereció cuatro años más tarde en un encuentro armado con indígenas centroamericanos, en una expedición que dirigió Pedrarias Dávila. Gracias a su testimonio los españoles conocieron la existencia del Imperio azteca.
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