jueves, 28 de diciembre de 2023

Berà, el primer conde carolingio de Barcelona


Tal día como hoy, 28 de diciembre del año 801, Luis el Piadoso, hijo y heredero de Carlomagno y en aquel momento, máxima autoridad política y militar de la vertiente suroriental de los Pirineos, nombraba a Berà nuevo conde de Barcelona.

El nombramiento de Berà, venía precedido de la incorporación de la ciudad y territorio de Barcelona, al Imperio carolingio, que se había producido nueve meses antes después, de una rocambolesca operación, de alianzas y traiciones.

Las élites indígenas de la ciudad, habían negociado con los francos, en hombros de la pequeña guarnición árabe, que había sido reducida y exterminada en el transcurso de aquel episodio bélico. De esta manera, Berà se convertía, en el primer conde carolingio de Barcelona.

Berà era un personaje de la nueva élite, que llegaba al territorio con la conquista franca. Por un lado, era descendente del gran éxodo originario de la Tarraconense y de la Narbonense, en el reino de los francos, que se había producido durante la invasión árabe del cuadrante nororiental peninsular, entre el 717 y el 724).

Por otro lado, era descendiente de la nobleza funcionarial franca, establecida en el sur del reino en condados de Tolosa, Roerga, Auvernia, Gavaldà y Perigord. El contacto de estas dos comunidades, había estimulado un mestizaje, que sería la base poblacional y cultural de la empresa, de conquista y recuperación carolingias, del arco mediterráneo, entre la desembocadura del Roine, en el norte; y del Llobregat, en el sur.

Berà, fue la autoridad delegada del Imperio franco, en Barcelona hasta el 820. Durante esta época ejerció los cargos, que ya poseía con anterioridad (conde de Rasés y de Conflent y los que asumió con posterioridad,conde de Girona y de Besalú; y marqués de Gotia, la región que agrupaba todos los condados, del extremo meridional del Imperio carolingio.

Entre los años 812 y 817 Bera recibió el condado de Girona. Este hecho acrecentó su poder y su prestigio en la zona. Pero también le generó enemigos. Uno de ellos era su hermanastro Gaucelmo, conde de Rosellón y Ampurias.

En el 820, Gaucelmo acusó a Bera de infidelidad y traición. En una asamblea realizada en febrero de ese mismo año, en Aquisgrán, acudió el propio Bera y por parte de Gaucelmo su lugarteniente Sanila. Ambos se enfrentaron en un duelo ecuestre y Bera perdió.

Como consecuencia, de la derrota, fue declarado culpable. Berà fue desposeído de sus cargos en el contexto del conflicto que enfrentaba a los "condes del exilio" con los "condes de fortuna", caballeros de poderosas familias, de la corte imperial, que habían aceptado cargos en la frontera meridional, para crearse una carrera y un patrimonio propios 

El emperador franco conmutó la pena de muerte por un exilio a Rouen, en el valle del Sena, donde permaneció hasta su muerte en el 844.

Los dominios de Bera fueron divididos. Barcelona, Gerona y Besalú fueron dados al franco Rampón. Los condados de Rasés y Conflent quedaron en manos de un hijo de Bera, Guillemundo.


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